Acto “de categoría”: “El que no se ríe en Cádiz es porque no quiere”

Publicado: 10/12/2024
Las intervenciones de los reconocidos con los Honores y Distinciones de la dejan anécdotas descacharrantes con Paz Padilla y Lorena Montero como protagonistas
Pelayo García, Pelayo, el del Terraza, no lo dijo, contra todo pronóstico, pero los asistentes al acto  de entrega de Honores y Distinciones de la Ciudad de Cádiz 2024, celebrado este martes en el Palacio de Congresos, coincidieron en que los protagonistas “son de categoría”, como el propio hostelero. Durante la ceremonia, que se prolongó más de dos horas y media, tomaron la palabra los representantes de las entidades que recibieron las Medallas de Oro de la Ciudad, Hijos e Hijas Predilectos y Predilectas, Hijos e Hijas Adoptivos y Adoptivas y la viuda de Carlos Díaz, Regidor Honorario desde ayer. Las intervenciones estuvieron trufadas de anécdotas que arrancaron carcajadas porque en Cádiz, como aseveró Paz Padilla, “quien no se ríe es porque no quiere”.

Ramón Velázquez bromeó con su estatura y la altura del atril y recordó que, precisamente en el Terraza, coincidió en muchas ocasiones con Teófila Martínez; mientras él daba cuenta de un plato de menudo, la entonces alcaldesa “comía una tortillita y dos espárragos” porque tenía que cuidarse. Luis García Montero se atrevió a agradecer el reconocimiento al ritmo del 3x4 y Koki Sánchez, con unas cuartetas plagadas de chascarrillos, en las que dio las gracias a los partidos de izquierda por proponerla como Hija Adoptiva y al PP por fiarse de ellos.

La madrileña Lorena Montero, fiscal de Violencia de Género, reveló su empeño en conseguir “la nacionalidad gaditana” con su primer coche, a mediados de los noventa, y la matrícula con la CA de Cádiz, reconoció el orgullo cuando su padre le dijo que hablaba un perfecto andaluz y echó mano de la exageración al sostener que “habría que pagar un impuesto por vivir” en la ciudad.

Paz Padilla arrancó su discurso bromeando con que Alejandro Sanz, Hijo Adoptivo, se encontraba entre el público, reivindicó el acento gaditano, el Carnaval, y recordó que con Antonio, su gran amor, conoció los lugares más escondidos de la ciudad, “la garita de la Alameda, la cueva de los patos del Parque Genovés o el Castillo de San Sebastián”, donde buscaban intimidad. La humorista, actriz y presentadora también se emocionó cuando recordó a su hermano, Luis, El Trompeta, recientemente fallecido, y finalmente, declaró que “Cádiz es mi pasado, mi presente y mi futuro”.

La viuda de Carlos Díaz, Iría de Jesús de la Calle, que intervino justo antes de que Bruno García cerrara el acto, pronunció el discurso más emotivo al admitir que, pese al apoyo de la familia y la ciudad tras el fallecimiento del que fuera primer alcalde de la democracia, se sentía sola porque “ya puedo comunicar con el, ni expresar emociones, ni risa ni  llanto, y eso es muy duro”.

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