En puridad, hasta el martes pasado, ni un solo cargo público u orgánico del PSOE de Cádiz había defendido a María Jesús Montero como opción para relevar a Juan Espadas. Que una vez dado el paso por la ministra todos se hayan apresurado a expresarle su apoyo, es cosa lógica en los partidos ante procesos congresuales marcados, como este en Andalucía, por la voluntad del todopoderoso líder nacional, Pedro Sánchez. Pero hasta el jueves, la formación se dividía entre quienes apostaban por la continuidad de Espadas, los menos; quienes militaban por el relevo, la mayoría, y entre estos, quienes se postulaban a favor de Juan Francisco Serrano.

En este grupo descollaba Juan Carlos Ruiz Boix, compañero habitual del jiennense y de Santos Cerdán en el Congreso, y, hay que reconocérselo, primera voz en Andalucía en pedir a Espadas que no peleara por la reelección.

Ahora, todos están con Montero. Por dos razones. La primera, porque la apuesta por la ministra ha insuflado ánimos de cara a la reconquista del poder autonómico. De forma unánime, se la considera una candidata con bagaje y carisma suficiente para disputar de manera seria la Presidencia de la Junta.

El otro motivo es que comienza una carrera por ser más de Montero que la propia Montero para que, una vez acomodada al frente del PSOE-A, tendidos los puentes con el Parlamento para coordinar la acción política y diseñada la Ejecutiva regional con perfiles de su confianza, dé apoyo en la batalla provincial, que se antoja inevitable.

Los críticos con Ruiz Boix consideran que el nombramiento de Montero les beneficia para montar una candidatura alternativa porque, aunque los valedores de Espadas parecen caídos en desgracia, remarcan que la maniobra para situar a la ministra ha sido pergeñada directamente por el sevilla, Pedro Sánchez y la ministra. De modo que el criterio de Espadas, sostienen, contará. Los oficialistas, que por semana incrementan el porcentaje de apoyos que dicen tener en la provincia, creen que Ruiz Boix tendrá el apoyo de Montero por su peso específico y la valentía de pedir el recambio.

Facciones como la liderada por Fernando López Gil serán claves. La voz de Fran González, persona de mayor confianza de Montero en Cádiz, también, sobre todo.