Más enfocado al espectáculo y al baile que nunca, el coro de Luis Rivero y Juan Manuel Moreno se presenta con un tipo de aires circenses, entremezclados con detalles gaditanos. En su primera pieza se nota la calidad del grupo y también el trabajo, pues la interpretación no se resiente en absoluto pese a tanto movimiento. Recuperan la formación tradicional para el tango. En el primero se enfrentan a todo, especialmente a sus detractores, para seguir cantando en el Falla. Segundo de corte íntimo, dirigido a su padre. Mismo protagonista en el primer cuplé, en este caso para recriminarle que le haya hecho del Cádiz. El segundo es para las mejoras en los teléfonos móviles, con remate para la moda de los Sonny Angel. Completo espectáculo en el popurrí, impresionante en cuanto a interpretación. Por su estilo, o lo amas o lo odias. Pero la potencia del grupo, el enorme trabajo y la calidad de la propuesta -con cuartetas muy atractivas y con contenido como la del lanzamiento de cuchillos en el popurrí- son incuestionables.
Lo mejor El excepcional trabajo del grupo para bordar el repertorio
Lo peor La propuesta, por su particular estilo, no será del gusto de todos
