La llegada de Gaizka Garitano al banquillo del Cádiz CF el pasado mes de diciembre supuso un giro de 180 grados en la dinámica del equipo amarillo, hundido en puestos de descenso con Paco López como entrenador. En sus primeras diez jornadas el vasco batió registros históricos, pues se mantuvo imbatido y firmando los mejores números de la categoría. Gracias a aquella racha, fruto del efecto Garitano, el conjunto cadista se mantiene hoy a flote, pues las últimas jornadas han sido para olvidar en cuanto a resultados, con sólo dos puntos cosechados de quince posibles en Liga.
Este mismo efecto ha llegado también al rival del Cádiz de este viernes, el Sporting de Gijón, pues desde la llegada al banquillo de otro Garitano, Asier, los asturianos han invertido por completo su errático rumbo en el campeonato. El de Bergara asumió el cargo hace apenas un par de semanas en sustitución de Rubén Albés, destituido tras ganar apenas uno de sus últimos 17 partidos en el banquillo rojiblanco. Su primera reválida fue toda una final, pues frente al Eldense los gijoneses se jugaban caer a puestos de descenso. Y el resultado no pudo ser mejor, pues la victoria por 1-2 gracias a los tantos de Gelabert y Dubasin de penalti dieron aire al equipo. El Sporting tampoco falló este fin de semana en casa en el debut del técnico vasco en El Molinón, superando por 3-1 al Mirandés, con Gelabert de nuevo como goleador.
Seis puntos de seis posibles con Asier Garitano en el banquillo que dejan el objetivo de la permanencia a tiro. De hecho, si logran ganar al Cádiz en el Nuevo Mirandilla alcanzarán la cifra de 50 puntos, que otorga la salvación de manera virtual, y prolongarán así un efecto Garitano que parece haber cambiado de bando.