Ver un Ferrari en Cádiz es casi como divisar una estrella fugaz. No es algo que pase todos los días. Y más excepcional aún es que más de un centenar de vehículos de la mítica marca italiana desfilen por la ciudad en comitiva. Pero esto fue justo lo que sucedió ayer, pues la capital gaditana fue una de las paradas de la prestigiosa Cavalcade Ferrari 2025, un evento en el que participan 115 de estas máquinas por diferentes localidades andaluzas.
El muelle de Cádiz y el Castillo de Santa Catalina fueron algunas de las localizaciones en las que se desarrolló este exclusivo evento, de carácter privado y por tanto no abierto al público. Los interesados en ver de cerca algunos de los modelos más exclusivos de la marca del Cavallino Rampante tuvieron que conformarse con hacerlo a través de la reja del Puerto gaditano. En principio se había anunciado una exposición de vehículos en la Plaza de España, pero finalmente no se llevó a cabo.
Apasionados de los productos de la factoría de Maranello aguardaban ayer frente a la puerta del muelle para ver pasar modelos exlusivos como el SF90, el SP2 Daytona o el SP3 del Cavallino Rampante, procedentes de más de 25 países de todo el mundo. En su ruta, que por primera vez se celebra fuera de Italia, los potentes vehículos recorrerán más de 1.500 kilómetros hasta concluir en la noche del 29 de mayo con una subasta benéfica en Sevilla con objetos de colección, piezas únicas de la colección Ferrari y experiencias para apoyar proyectos educativos.
La comitiva partió desde la plaza de América de Sevilla por la mañana en dirección a Morón, para llegar a Cádiz poco después del mediodía tras visitar Arcos y Medina Sidonia. Tras la comida, que se celebró en el castillo de Santa Catalina (que cerró sus puertas al público a consecuencia de este evento), la caravana de Ferrari regresó a Sevilla deteniéndose antes en Jerez. Antes de su partida, los bólidos dejaron imágenes inéditas de su paso por el centro de Cádiz. Unos turistas de alto standing que hasta el próximo 29 de mayo visitarán distintas localidades andaluzas en las provincias de Sevilla, Cádiz, Córdoba y Málaga.
Los gaditanos se tuvieron que conformar con el paso fugaz de los coches y con el rugido lejano de los motores, pues no hubo la posibilidad, como en otras localidades, de ver las impresionantes máquinas del Cavallino Rampante más de cerca. Nada que no se pueda solucionar comprando uno de estos exclusivos modelos a cambio de dos o tres millones de euros...
