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Cádiz sucia, la ciudad que no sonríe

Los gaditanos encuestados coinciden en que la protesta es excesiva teniendo en cuenta la situación económica de la ciudad

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  • A las 12 de la mañana de ayer junto al Colegio Amor de Dios

Las calles gaditanas ya comienzan a ser testigos del hedor que desprende contenedores, bidones y papeleras con la basura amontonada. Segundo día de huelga de basura de los trabajadores de Sufi-Cointer, empresa encargada de la limpieza, que está dejando una imagen de ciudad poco higiénica en cada esquina.

Por las calles del Caso Histórico, zona de desembarco directo de turistas, la huelga está sentando “muy mal” entre los hosteleros, empresarios y vecinos, que ven como la basura se está amontonando y “justo ahora cuando más gente está llegando”, como comenta Raquel Flores, dependienta de la Confitería El Pópulo, que no comparte la huelga porque “todos estamos poniendo de nuestra parte para salir de la crisis”.

Y es que el tema de la subida salarial, que reivindican por convenio los trabajadores de la empresa concesionaria, no está sentando “nada bien” a los ciudadanos. “No está la cosa para pedir más”, resalta un carnicero en el Mercado de Abastos, “lo que tienen que hacer es quedarse como están y que entre más gente a trabajar”. Para los turistas, el lema de “Cádiz  limpia sonríe”, se quedaba en mera anécdota, sin comprender el por qué estaba la basura sin recoger, como se cuestionaba una familia catalana.

En el Mercado ya huele
La parte trasera del Mercado ya estaba sufriendo las consecuencias de la huelga, al igual que puntos como la plaza de la Catedral o el Mentidero, así como determinados callejones de La Viña o Santa María. En zonas como el Campo del Sur, los servicios mínimos habían hecho parte del trabajo vaciando papeleras, sin embargo, las aceras permanecían sucias por todo el perímetro marítimo.

En Extramuros el aspecto de las calles era idéntico a las del centro.  Los contenedores amanecieron abiertos, llenos hasta rebosar, y la basura amontonada en las aceras. Entre los comerciantes de esta zona de la ciudad impera el mismo sentimiento que entre los del Casco Histórico.

Jesús López, trabaja en un ultramarinos de la zona de Los Molineros y  tiene claro que esta huelga llega en un mal momento: “Si ya de por sí la imagen que presenta la ciudad no es buena, con la basura esparcida por las calles, mucho menos. Entiendo los motivos de la huelga, pero creo que todos nos tenemos que apretar el cinturón”.

Felisa Baizán, una vecina del barrio de Los Porches, considera que la protesta de los trabajadores de la limpieza está justificada, “pero no han debido llegar a estos extremos porque todos estamos igual”. Es más, va más allá y asegura sin no se pone fin al conflicto, la imagen que presentará la ciudad en los próximos días tampoco diferirá tanto de la diaria: “Porque en Cádiz no se suelen baldear las calles, se mojan, y la suciedad continúa”.

Cati García es estanquera y justo enfrente de su establecimiento tiene tres contenedores de basura. Cati explica que día a día tiene que convivir con con los olores que desprenden los bidones porque algunos vecinos tienen la costumbre de tirar sus desechos cuando bajan por la mañana temprano para ir a trabajar. “Así que si a esto le sumo que la basura va a llevarse días amontonada va a ser insoportable estar aquí."

Jalid es pescadero y, aunque diariamente se preocupa de limpiar bien sus cajas para que huelan lo menos posible, considera que no será suficiente para que el olor avance. En cualquier caso, lo que más le preocupa es la imagen que se llevará el turista que ha venido a Cádiz a pasar sus vacaciones.

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