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Salvas sean las distancias, dos medias verdades no hacen una verdad: el recibo de la luz ha subido lo que los especuladores exigían —mintió Mariano, pues— y la biblioteca rondeña no va a salirnos gratis, como dijera la alcaldesa, sino que nos va a costar varios cientos de miles de euros, lo cual es lógico y hasta razonable. El PP podrá decir o dejar de decir, pero al final la realidad se impone y antes o después se descubre su miedo a la verdad, en esto y en casi todo.

Y hablando de verdades, si algo hay cutre y zafio es la imagen de Mariano fumándose un habano mientras promete ese nirvana donde reina el dios del despido libre. Podrán negarlo mil veces, pero por más que nieguen no conseguirán ocultar que el mayor número de parados en la Historia de España coincide con Rajoy en el poder. Que haya descendido un algo con los salarios en plan Nigeria —y bajando, oiga—, no es para lanzar cohetes. Tal vez suceda que el personal esté ya tan quemado que se larga a Rumanía sin sellar en el INEM.

Pasados los excesos de estos días de familia y pandereta, no queda otra que enfrentarse a la vida tal cual es. Porque por más que nos digan la alcaldesa de Ronda y Mariano Sanrajoy que la cosa va bien y que 2014 será el año de las maravillas, la realidad es que ya no les cree nadie y que a tenor de la cantada de SACYR en Panamá sumado al panorama que nos dibujan las encuestas, son más del 70 %  los que ya nada esperan de un sistema donde los comebabas están muy por encima de los que piensan.

Mientras Billy el Blesa silba un chotis cañí a la oreja de seis millones de parados y nuestra juventud se anestesia sin curro y a golpe de botellón, el PP levita sobre la miseria que se ve, que se palpa, que se huele en la calles de España. Nunca fue tan barato despedir a un trabajador, ni nunca tuvimos unos niveles de corrupción tan altos, y hasta la libertad de expresión se cuestiona con normas que beben del Tribunal de Orden Público franquista. Nos cuentan el cuento de la luz al final del túnel y obvian tenemos menos derechos que en los 60: lo he escrito bien y no hay error. Los años de gobierno de Mariano Rajoy han supuesto tal merma en los derechos sociolaborales de los españoles que acabará superando a no pocos de aquellos ministros franquistas de azulón y gomina. Ya se sabe: pillas a un pepero, le das con el fregón y aparecen Carrero, Arias y el que reventó Sofico Renta. No falla.

Dice el ministro de Economía que ya somos competitivos. Y es verdad, puesto que un operario hispano gana al cambio menos que un coreano. Como sigan aminorando sueldo y prestaciones cualquier día de estos amanecemos en el Egipto de Keops: medio pan y lentejas viudas con jornada de quince horas. Ni Franco, ya digo. Así cualquiera. A pan y agua, el PP de Bárcenas, Montorito y Correa está dejando a los proletas españoles con menos derechos que un paria de Bombay sin Gandhi.

Y lo peor es que donde tienen mando siempre se resiente la democracia y la verdad termina por los suelos. Es su estilo. Son sus formas. El todo vale. Basta observar el desdén con que tratan a los sindicatos, a los autónomos y a las PYMES para descubrir lo que de cierto esconde esta derechita de caspas y moralinas más propias de 1898 que de 2014.

Vuelvo arriba y recuerdo que aquí en Ronda, sin ir más lejos, la señora alcaldesa aseguró que antes de que finalizara la legislatura disfrutaríamos de una nueva biblioteca junto a la que también sería la nueva estación de autobuses, al ladito de donde se pudre lo que resta del pecio del mueble rondeño, dicho sea de paso. Una biblioteca comarcal que no será la de Alejandría, pero que alcanzaría casi mil metros y a coste cero, porque el millón de euros, dijo, nos lo iba a obsequiar la Diputación Provincial. Y va ser que no, pues ahora resulta que la Dipu de Bendodo pone su parte y el resto lo arrimaremos los rondeños, como era de esperar.

O sea, que la luz subirá un taco y si queremos libros no queda otra que aflojar la cartera. ¿Tanto costaba decirlo? Bendito 2014 y rabos de pasa a san Elías Bendodo.

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