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Hiperrealismo en boli Bic

Un hombre mayor fuma, y expulsa un torrente de humo por su nariz, mientras, a su lado, una anciana acude a una fuente con una cuba para llenarla de agua. Son sólo dos de las imágenes hiperrealistas dibujadas por el artista cordobés Pepe Lozano con un único instrumento, un bolígrafo Bic

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Un hombre mayor fuma, y expulsa un torrente de humo por su nariz, mientras, a su lado, una anciana acude a una fuente con una cuba para llenarla de agua. Son sólo dos de las imágenes hiperrealistas dibujadas por el artista cordobés Pepe Lozano con un único instrumento, un bolígrafo Bic.

Estos cuadros están expuestos durante todo el mes de enero en el Patio Barroco del Palacio de la Merced, sede de la Diputación de Córdoba, dentro de una muestra del trabajo de un artista que ha dedicado toda su vida al diseño orfebre, y que un día decidió, motivado por su familia, dar el salto hacia la pintura con lo primero que tenía a mano, el boli bic "de toda la vida".

El resultado es una muestra, titulada "La magia del bic", y que recoge 39 pinturas elaboradas con este tipo de bolígrafo en las que hay espacio para retratos y paisajes, que recogen de forma muy real las obsesiones del autor, especialmente el desgaste de la vida, la pobreza y el envejecimiento.

"A mí me ha inspirado mucho la gente mayor, las vivencias antiguas, cómo se vivía cuando yo era pequeño, que no había agua corriente y había que ir a recogerla a la fuente o al pozo, o las arrugas de los ancianos", explica a Efe Lozano, que recuerda que la obra que le empujó a seguir dibujando fue, por el contrario, el más juvenil de sus retratos, el de su nieta.

Y en el equilibrio entre la luz juvenil y los claroscuros de la vejez radica gran parte del éxito que está teniendo esta muestra, fruto del trabajo que el pintor ha ido desarrollando en los últimos cuatro años, en los que pasó de diseñar joyería y muebles, a retratar con todo lujo de detalles algunas de sus obsesiones.

"El diseño de joyas es muy artístico", apunta sobre la profesión a la que ha dedicado los últimos 30 años, y que requiere, según indica, "una precisión enorme", que es la que ha llevado a su producción pictórica.

También el tiempo, puesto que Lozano invierte entre 90 y 120 horas en cada una de sus obras, un trabajo muy minucioso, en el que aplica una técnica de cruces de líneas rectas para buscar el volumen, las luces y las sombras.

El resultado son cuadros en los que los modelos cobran vida, especialmente a través de sus ojos, cuya expresividad sorprende al visitante, que siente cómo la obra le devuelve la mirada.

Lozano reconoce que el primer "sorprendido" con la acogida de la muestra está siendo él, que no esperaba semejante éxito. Y es que, desde que se inaugurara, a comienzos de enero, el pintor ha recibido elogios y también algún que otro encargo.

El reconocimiento artístico le llega a una edad cercana a la de los protagonistas de sus mejores cuadros, aunque, según señala, antes de esta muestra, la primera que protagoniza en solitario, ya había tenido encargos y había regalado otros cuadros.

"Carlos Herrera tiene el cuadro en su casa", apunta Lozano, que en esta muestra también ha dedicado un espacio a quienes considera "maestros", como el torero Juan José Padilla, el guitarrista Vicente Amigo, el cantaor Camarón de la Isla, o el pintor Salvador Dalí, todos ellos retratados con todo lujo de detalles.

Y es que, para el pintor, "el Bic y sobretodo el azul es mágico", y esta magia justifica la sorpresa que ha causado entre el público la muestra de un artista que pasó 14 años estudiando todas las disciplinas posibles -dibujo, pintura, escultura, orfebrería y diseño- en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, junto a algunos grandes maestros.

La muestra estará en la Diputación de Córdoba hasta el 1 de febrero, aunque Lozano ya amenaza con expandir su formato a uno mucho más grande, y mostrar, trazo a trazo, arruga a arruga, ese hiperrealismo azul cuya acogida le ha pillado por sorpresa.

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