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El ascenso tendrá que esperar

Los amarillos, superados por la situación, dejan escapar el ascenso en el Ramón de Carranza al caer por 0-1 frente al Real Oviedo

  • Pena cadista -

No pudo ser. El Cádiz CF tendrá que buscar el ascenso por el camino más largo tras estrellarse contra el Real Oviedo, otro histórico del fútbol español que llevaba bastantes temporadas buscando un ascenso que ya celebra.

Los amarillos salieron a por todas desde que Claudio planteó el partido con dos delanteros puros. El técnico cadista sacrificó a Fran Machado para jugar con la pareja Airam-Jona como atacantes. Y el resultado fue una salida muy ofensiva de los amarillos, que para nada querían especular con el empate sin goles, que les clasificaba.

La empresa no era nada fácil frente a un Real Oviedo animado por unos dos mil asturianos, confiados en los números de su equipo, el tercero más goleador de España tras el Madrid y el Barcelona.

El conjunto carbayón, lejos de ponerse nervioso con el ambiente del Carranza, volvía a demostrar que es un bloque con muchas tablas, bien situado en el terreno de juego y con futbolistas clave en cada posición. El portero Esteban, veteranísimo, era el primero en empujar a sus compañeros, guiados por Héctor Font y contando en punta con Linares, autor de 28 goles durante la temporada regular.

Con el paso de los minutos, los visitantes se iban haciendo con el mando de un partido que había comenzado loco. Estaban obligados a marcar y a arriesgar más que los amarillos, pero estos no contaban con el dominio momentáneo del Oviedo.

Enmudecieron las gradas cuando Servando llegó tarde al balón y propinó una patada durísima a Héctor Font. La entrada mereció para el colegiado un castigo de tarjeta amarilla, pero su dureza bien pudo valer otro color antes de llegar a la media hora.

En la siguiente acción iba a llegar el acercamiento más peligroso de los locales hasta el momento, aunque ni siquiera terminó en remate. Kike Márquez se giró con el balón controlado dentro del área y cuando iba a disparar se le cruzó Generelo para enviarlo fuera. Esta acción no sirvió en lo deportivo, pero sí en lo anímico, ya que volvió a despertar a una afición cadista que parecía atenazada por el miedo a recibir un gol.

También el sanluqueño iba a ser protagonista de las dos siguientes acciones del Cádiz. Primero estrelló en la parte superior del larguero el balón al sacar de forma directa una falta lateral. Instantes más tarde, obligó a estirarse a Esteban con un duro disparo desde fuera del área.

Pero entre las dos acciones casi marcó el Oviedo. Susaeta controló el balón en una contra e intentó sorprender a Aulestia desde lejísimos sin percatarse de que Linares entraba totalmente solo hacia la portería gaditana.

El empate sin goles clasificaba al Cádiz, pero estaba matando de nervios a más de uno. Había que marcar, pero al descanso se llegó como al principio, sin ver puerta.

Sin más cambios que el obligado por lesión del lateral ovetense se reanudaba el partido. Los visitantes, aún más obligados a marcar frente a unos cadistas muy nerviosos e incluso superados por la situación y el ambiente.

El palo tremendo para el Cádiz llegó una vez más de cabeza, esta vez la de David Fernández. En un saque de esquina, el central anotó el gol que daba ventaja al Oviedo. Ahora eran los locales quienes debían arriesgar.

Los gaditanos estaban tocadísimos tras el gol y al instante el Oviedo estrelló el balón en el poste. Parecía más cercano el segundo tanto local que la igualada gaditana. El sueño se estaba convirtiendo en una pesadilla, pero había casi toda una segunda parte para seguir creyendo.

Con pérdidas de tiempo, el Oviedo consiguió parar el partido y llevarlo a su terreno. Y el Cádiz, desquiciado, no supo hacerse con los mandos, apenas creando peligro al veterano Esteban, que só tuvo que desviar un disparo del vasco Jon Ander Garrido.

Toca sufrir, pero hay mucho que aprender de esta derrota para no repetir errores en la próxima eliminatoria.

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