Felipe Benjumea, presidente de honor de Abengoa, aseguró hace una semana en la Audiencia Nacional en el marco de la querella por administración desleal que la declaración de preconcurso de acreedores de la empresa se debía a “un problema puntual de liquidez”. La trayectoria de la compañía, especialmente los tres últimos años, desmiente tozudamente al que fuere máximo responsable del grupo andaluz durante 25 años y hasta septiembre pasado.
Junto a la ampliación de capital de 2013, mediante la que Abengoa salió a cotizar en la bolsa de EEUU con las nuevas acciones tipo B y con la que logró 450 millones de euros, la empresa ha necesitado cada año aportes extra de fondos para seguir viva. Y, sin duda, la mayor fuente de recursos ha sido la filial Yield, que también hubo de crearse y sacar al Nasdaq de forma acelerada en junio de 2014 para poder igualmente seguir operando porque el mero negocio de ingeniería y bioenergía no generaba los flujos suficientes.
En total, sumando todos los conceptos, la creación, debú bursátil y trayectoria empresarial de los últimos 18 meses desde junio de 2014 hasta diciembre pasado, han reportado a Abengoa la exorbitante cifra de 2.900 millones de euros. Pese a ello, la empresa se vio obligada a lanzar otra ampliación de capital en agosto del pasado año -la tercera operación por tercer año seguido- que al fracasar abocó a la firma a declararse insolvente. Problemas puntuales de liquidez, pues, los hubo los tres últimos ejercicios, lo que muestra que eran estructurales.
Joyas de la corona
Yield permitió a Abengoa recaudar 800 millones de dólares netos cuando debutó en el Nadaq colocando el 36% del capital. En ese momento le traspasó 8 plantas, entre ellas las dos macroplantas solares Solana y Mojave, en EEUU. Posteriormente, entre septiembre de 2014 y julio de 2015 cerró cuatro acuerdos de compra de 14 activos más a Abengoa por un total de 1.500 millones de dólares. Entre ellos el complejo solar de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), el resto de sus termosolares en España, parques eólicos en Uruguay, una central de gas en México, sus principales líneas eléctricas en Perú, Chile y Brasil, y sus dos desaladoras de Argelia. Es decir, sus joyas de la corona, que han dejado a Abengoa descapitalizada.
La bolsa así lo reconoce: frente al valor medio de la matriz de 100 millones de euros, Yield vale hoy 1.200 millones. Los acreedores financieros, banca y bonistas, critican y recelan ahora de esta estrategia tras la entrada de la matriz en preconcurso. Yield anunció públicamente a la bolsa en noviembre pasado que no iba a comprar más activos de Abengoa a corto plazo.
A los 2.300 millones de dólares -unos 2.100 millones de euros- obtenidos por la salida a bolsa y la compra de sus activos, se suma que Abengoa vendió en el primer semestre de 2015 un 16% adicional de las acciones de Yield en Bolsa, reduciendo en julio del año pasado su participación al 49%. A un precio medio de 33 dólares por acción en ese semestre, la compañía ingresó alrededor de 500 millones de euros más, hasta alcanzar ya 2.600 millones.
Pero las vías para exprimir económicamente la creación de la Yield no han acabado ahí. Abengoa ha cobrado los cinco dividendos distribuidos por Yield a sus accionistas entre noviembre de 2014 y noviembre de 2015. En función de su participación media en ese periodo, la matriz española se habría embolsado en torno a 78 millones de euros.
Y aún hay más. Con el porcentaje de acciones que retenía a julio de 2015 (un 49%), Abengoa avaló dos créditos para lograr liquidez: uno con The Children Investment Fund, por 116 millones de euros y para el que aportó el 14% de Yield en noviembre pasado; y otro con un grupo de entidades españolas, por 106 millones de euros y para el que aportó otro 17,2% de los títulos de la filial. Sumados esos porcentajes a los que la propia Yield ha utilizado para emitir bonos propios en 2015, la realidad es que sólo hay un 2% de las acciones de la filial libres de cargas.
Es decir, a los 2.600 millones se suman otros 78 de dividendos y 222 millones en créditos hasta sumar 2.900 millones. Pese a esta enorme fuente de liquidez, Abengoa ha acabado en preconcurso.