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Ediles de la Corporación del 79 piden consenso y menos "aspavientos"

Con menos recursos, con todo por hacer y con una situación política más convulsa, la primera Corporación democrática fue más "leal con Cádiz" que la actual

  • José Ramón Pérez Díaz-Alersi -

José Ramón Pérez Díaz-Alersi, portavoz municipal en el Ayuntamiento de Cádiz de Unión de Centro Democrático, UCD, duralte la legislatura 1.979-1.983, la primera de la democracia; Luis Pizarro, concejal del PSOE en el primer gobierno democrático, y Manuel Gómez de la Torre, cabeza de lista del Partido Comunista en 1979 y concejal con responsabilidades de gobierno tras el pacto tripartito entre PSOE, PC y PSA; hablan, cuando se cumple un año de las últimas Elecciones Municipales, sobre aquellos años tras la dictadura y sobre las semejanzas y diferencias entre ambas épocas.

En común, los tres ediles, dos con funciones de gobierno y uno en la oposición durante esa legislatura que comenzó en 1.979, señalan que en aquellos años primaba la lealtad y el interés general de los gaditanos por encima de intereses partidistas. También destacan las carencias en cuanto a recursos humanos y materiales, así como una situación política reinante “muchísimo más complicada” que la actual. Y los tres resaltan de la actual situación que está padeciendo el Ayuntamiento de la ciudad “la falta de diálogo y de acuerdos”, vital para que la ciudad avance.

Son contextos históricos diferentes pero también existen algunas similitudes. Cambio generacional en el poder institucional, gobiernos de izquierda que nacen de unos pactos para evitar que, tanto en el año 1.979 como el pasado año 2.015, gobernase el partido más votado, entonces UCD y en la actualidad el Partido Popular. 

Eso sí, en 1.979 se llegó a un pacto de coalición de Gobierno, y el pasado año fue un pacto para la investidura. Algo que achacan, precisamente, a la falta de consenso. Y es que a pesar de que en 1.979 los concejales tenían que comprarse hasta los bolígrafos, a pesar de que estaba todo por hacer y a pesar de estar en los primeros años democráticos tras una larga dictatura, ellos sí consiguieron anteponer el interés general de Cádiz al interés partidista.

GOBIERNO DE IZQUIERDAS POR PRIMERA VEZ EN 40 AÑOS

“Por primera vez la izquierda, después de los 40 años de dictadura, ejercía el poder institucional en España”, señala de entrada Manuel Gómez de la Torre, concejal por el Partido Comunista en el Ayuntamiento de Cádiz en su primera legislatura democrática que comenzó en 1979. Formó parte del gobierno y asumió las responsabilidades municipales de Educación, Sanidad y Cementerio.
Y llegó al poder gracias a los “acuerdos generales entre las fuerzas de izquierda, el cual se trasladó a los ayuntamientos, en este caso entre PSOE, PSA  y PC”, indica Manuel Gómez para reconocer eso sí que “éramos unos perfectos novatos, novatos totales, ninguno había ejercido el poder más allá de la propia militancia de los partidos, en asociaciones vecinales,  sindicatos, organizaciones estudiantiles, pero poder institucional, nunca”

Aquel año, 1979, Partido Socialista, Partidos Socialista Andaluz y Partido Comunista alcanzaron un pacto de gobierno que “impidió que Unión de Centro Democrático se hiciese con la Alcaldía de Cádiz gracias a ganar las Elecciones Municipales rozando la mayoría absoluta”. Sobre si observa semejanzas con lo ocurrido en la ciudad hace ahora un año, el exconcejal del PC  cree que “la comparación es difícil de hacer porque los contextos son distintos, además del hecho de que aquello fue un pacto de gobierno y el año pasado solo alcanzaron un pacto de investidura”.

“La constitución se había aprobado cuatro meses antes, en diciembre de 1978, no existían las autonomías, dos años antes el PC era ilegal, dos años después se vivió el intento de golpe de Estado de Tejero, ETA en 1979 había asesinado a 79 personas, en 1976 una banda de pistoleros de ultraderecha asesinaron a los abogados laboralistas de Atocha… es decir, en ese contexto tuvimos que hacer política, hablamos de contextos muy diferentes”, indica Manuel Gómez de la Torre.

Eso sí, “éramos jóvenes, muy jóvenes, y lo mismo que está ocurriendo ahora, el ejercicio del poder es generacional”.

“Había duchas públicas, y las había porque ahora hay un problema de vivienda en Cádiz, pero entonces había un problema de infraviviendas, que suponía que en el Barrio de Santa María, en el Barrio de San Juan, en El Pópulo, había ‘partiditos’ donde se compartía el váter y la cocina”, recuerda Manuel Gómez de la Torre.

Además, prosigue, “los recursos humanos y económicos, eran distintos, y es que la legislación no estaba adaptada a un régimen democrático, por ejemplo, ahora hay una comisión de Gobierno, que esta semana aprobó el Presupuesto, pero en aquel tiempo la formaban de forma proporcional todos los partidos, incluidos los de la oposición. ¡Imagínate que en el Consejo de Ministros hubiese ministros de la oposición!”

Al mismo tiempo que recuerda que “no había sueldos para nadie, por supuesto. Todos compaginaban su trabajo con la labor municipal. No había gabinetes de prensa, ni de nada, las notas de prensa las elaborábamos los propios concejales”.

Así que para Manuel Gómez de la Torre “lo que ahora puede achacar Podemos a la herencia recibida, ¡imagínate nosotros entonces! No es comparable una cosa con la otra, lo mismo esa exageración que dice Podemos que bajo mi punto de vista ayuda a banalizar la cuestión, y es cuando habla de los 20 años del PP como una especie de régimen como si no hubiesen habido elecciones, como si los del 78 hubiésemos cogido el poder para crear un régimen, ignorar que eso no es así es un error y banaliza la Transición, donde se pasó de una dictadura a una democracia”.

De hecho, “no me gusta la exageración de los términos, como cuando a un concejal de derechas le llaman fascista… pero vamos a ver, un fascista era un tío que te pegaba un tiro en la cabeza, fascistas eran los que entraron en Atocha, un fascista eran los que se metían en las movilizaciones obreras para reventarlas y provocar. No banalicemos porque entonces va a parecer que Franco no era un dictador. Igual que esa exageración de Podemos cuando habla de niños hambrientos por las calles de Cádiz, a mí me parece un error”.

Otra similitud la encuentra en que “quienes accedieron al poder en el 79 proveníamos de movimientos sociales, estudiantiles, sindicales, vecinales y ahora ocurre algo parecido con el 15M, los movimientos de indignados, las mareas, etc”.

Más similitudes. “Por aquellos años, el desempleo ya era un problema en la ciudad, todos los partidos llevábamos medidas para abordarlo, pero las competencias municipales eran escasas”, recuerda para añadir que “la participación y movilización ciudadana eran mucho más activa y más multitudinaria que hoy en día”.

Sobre la Corporación actual, Manuel Gómez de la Torre opina que “lo peor es la incapacidad para conformar un gobierno local más estable entre Por Cádiz Sí se Puede y Ganemos Cádiz con el partido que le ha investido, porque si el compromiso de investidura si solo se queda en eso, deja a un gobierno en absoluta minoría como está ocurriendo, y eso tiene unas consecuencias negativas. Nosotros, con todos aquellos inconvenientes, logramos un gobierno de coalición”.

Pero “a pesar de todos los inconvenientes, todos los partidos teníamos un alto grado de lealtad, incluso UCD, que se tuvo que conformar con estar en la oposición. Sus concejales nos acompañaban a Madrid a realizar gestiones con el Gobierno Central, que estaba en su poder”.
“Ahora hay un componente de falta de empatía total entre José María González y Fran González”, conviene a decir como problema para alcanzar acuerdos.

Por último, sobre la política de ‘gestos’ que se achaca al actual alcalde, Manuel Gómez de la Torre cree que “ante la incapacidad para abordar los problemas reales, se utiliza mucho la política del calamar, soltar tinta para distraer. Por ejemplo, el día 14 de abril de este año, en ese afán propagandístico, un hecho que para mí tuvo muchísima importancia, como fue colocar la lápida de los concejales fusilados en el año 36, pues pasó desapercibido por el izado unas horas de la bandera republicana. Todo por la foto del alcalde izándola. Es el más difícil todavía para su política mediática. Y es que al acto de la lápida acudió el PP, y entonces pues no se diferenciaba, por eso lo de la bandera. Buscar la atención de los medios y querer ser protagonista”.

ÉPOCA MÁS COMPLICADA Y CON MUCHOS MENOS RECURSOS

Sobre esa época y su comparación con la actual, Luis Pizarro, que fue concejal del PSOE en aquella primera legislatura, sobre diferencias y similitudes con la situación actual, no duda en señalar que “en aquellos años estábamos saliendo de una dictadura, además la falta de medios y recursos de aquellos ayuntamientos, hacen que sean etapas totalmente distintas”. Y es que “en la actualidad, el equipo de Gobierno ha recibido como herencia un ayuntamiento consolidado, una ciudad que ha avanzado mucho todos estos últimos años. De hecho, tras los gobiernos tanto del PSOE como del PP, se han solucionado muchas carencias que alcanzan hasta el saneamiento público”.

En cuanto a las similitudes, “pues veo que en 1979 la responsabilidad de gobernar recayó en el PSOE, como segunda fuerza más votada, fruto de un pacto con el PC y con PSA, y no gobernó UCD que fue la fuerza más votada. Eso generó mucha euforia por parte de la gente de izquierda. La escenificación también se parece un poco”.

“Pero la situación del Ayuntamiento, de su funcionamiento, las carencias del año 79 respecto a 2015, hay un abismo”, matiza y es que “los concejales teníamos que comprarnos hasta los bolígrafos, porque tras el arqueo de caja no había dinero para nada, nada”.

“También hubo mucha complicidad entre el movimiento ciudadano de Cádiz, que era muy combativo y reivindicativo, con la Corporación Municipal, con una comunicación muy directa entre ambos, pues todos entendías las carencias que existían. Lo que supuso un gran margen de confianza al alcalde”, señala Luis Pizarro.

Otra cuestión diferente es “que ahora no veo el compromiso y la lealtad de los partidos políticos que conformamos el pacto, a pesar de nuestras posiciones tan distantes, para poner  por encima de las legítimas estrategias políticas de cada grupo, el progreso de la ciudad”.

“Estaba todo por hacer, equipamientos, barriadas, problemas de abastecimiento, de saneamiento, la playa privatizada, no había planeamiento de ciudad, para entrar a Cádiz o salir había que pagar un peaje por usar el puente, una situación económica complicada, la reconversión de los astilleros, también de la pesca, es decir, un cúmulo de circunstancias que dificultaba aún más la labor municipal”, recuerda Pizarro.

También destaca “que a pesar de la labor combativa, dura y responsable que ejercía la oposición de UCD, partido más votado en las elecciones, cuando había un tema de interés general, lo apoyaban y había acuerdo. Todos teníamos un objetivo común: sacar al Ayuntamiento del abismo y que la ciudad progresara y superase sus problemas endémicos”.

“Había diálogo, consenso y acuerdos”, insiste Pizarro y pone como ejemplo la lucha de todos los partidos, incluido UCD en Cádiz, para evitar que la Universidad se trasladase al completo a Puerto Real. En Madrid gobernaba UCD pero eso no importaba. Igual ocurrió para desprivatizar las playas y convertirlas en lo que es hoy en día, “las mejores playas urbanas de España”. Otro ejemplo de unión: la liberalización del peaje del puente Carranza.

Respecto a la actualidad, Pizarro indica que “hace un año en las Elecciones Municipales se vio una mayoría de ciudadanos que tras veinte años de gobierno de Teófila Martínez, quería un cambio y lo demandaron desde una sensibilidad de izquierda. La gente estaba cansada a pesar de los avances que se han podido producir esos años y apostó por el cambio”. Y “no cabía otra salida que gobernase el segundo partido más votado, Por Cádiz Sí se Puede. Aquí hay poco que decir”.

“Aunque estoy distanciado, según lo que leo y lo que veo, sé que hay una falta de entendimiento entre el equipo de Gobierno y la oposición. Cada uno defiende su postura. Pero debería haber un elemento común para todos que es el interés general de la ciudad, que es lo que ocurrió en 1979. Ahí se debería hacer un esfuerzo desde el gobierno y desde la oposición”, opina Pizarro para recordar que “es lo que hacíamos nosotros en un escenario muchísimo más complicado”.

MÁS GESTIÓN Y MENOS ASPAVIENTOS

También hemos hablado con José Ramón Pérez Díaz-Alersi, quien fuera portavoz de Unión de Centro Democrático, UCD, en el Ayuntamiento de Cádiz y también en la Diputación Provincial, en 1979 tras unas Elecciones Municipales en las que su partido ganó pero no con la mayoría suficiente para evitar un pacto entre PSOE, PSA y PC, el cual dio la alcaldía a Carlos Díaz Medina.

Sobre la situación actual, cree que “tiene algunas semejanzas con la situación vivimos los miembros del Ayuntamiento de Cádiz en la primera legislatura. Entre las semejanzas está el hecho de que así como nos pasó a nosotros, que ganamos las elecciones en Cádiz de corrido, sin embargo nos encontramos con la sorpresa de que quienes gobernaron eran partidos distintos gracias a un pacto tripartido entre PSOE, PSA y PC, que nos sacaban uno o dos concejales, lo cual les impedía ponerse malos porque entonces les ganábamos las votaciones en los plenos”. Eso sí, “fue un momento de mucha ilusión ante la nueva experiencia democrática en los centros municipales, pero con el desconsuelo de que nos birlaron la responsabilidad de la alcaldía. Eso parece que ha pasado hace un año, donde no gobierna quien ganó las elecciones”.

Por otro lado, el estado de la ciudad la ve “muy preocupante. Tengo muchos tacos de almanaque encima, pero desde que tenemos democracia, nunca he visto la ciudad tan parada, tan a la expectativa de lo que va a pasar, tan falta de gestión en perjuicio del pueblo gaditano. Creo que hay buenas personas ahí dentro, pero no basta con eso, hacen falta buenos gestores en el Ayuntamiento. Y la gestión no se aprende de un día para otro. Hace falta preparación”.

“Creo que hay cierta ceguera, hay que anteponer el bien común, sobre todo en una ciudad como Cádiz con tantas necesidades de empleo,  de educación, de servicios, de limpieza, y sin embargo el  equipo que gobierna no es consciente de que está en minoría”, señala José Ramón Pérez para añadir que “deben buscar el acuerdo, la mano tendida, el diálogo, y lo que veo son mítines en los plenos y que no se enteran de que tienen que gobernar, o lo que es lo mismo, gestionar. A parte de los principios democráticos que se tengan. Pero por encima del partido y las personas está el bien común”, indica.

En este sentido, “está claro que no hay un buen equilibrio, el pueblo de Cádiz no es extremista, está compuesto por gente de centro y esa mayoría es la que tira del carro. Lo demás es aspaviento, gestos, posturillas, pero generar empleo y programa es fruto de la buena gestión para esa gente que no quiere extremismos porque tenemos ya la experiencia hacia dónde nos pueden llevar los extremos”.

Por lo tanto, “en democracia es importante la formalidad, las formas, el respeto al pueblo, y eso requiere formalidad tanto en la vestimenta como en la forma de dirigirse a la gente. El día que no haya formalismos, no habrá democracia. Eso lo aprendimos cuando aún no había partidos en España”.

“Buscar aspavientos extremos es un error, así nos va. Espero que la conmemoración del Tricentenario de la Casa de Contratación sirva para enseñar que fue Cádiz y cuál era el espíritu que tenía la ciudad y aprender de él”, desea José Ramón Pérez.

“Hay que tirar para adelante, no podemos quedarnos parados, por ese quienes tienen que gestionar el pueblo sepan qué responsabilidad tienen”, concluye para terminar diciendo que “no podemos quedarnos así. Volvamos al arte de la mano tendida. Si usted está en minoría no tiene más narices que llegar a acuerdos por el bien de la ciudad. Ha pasado un año y mi juicio no es positivo. No hay más remedio que cambiar las cosas”.

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