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Para que los jóvenes empiecen a dibujar lo que promete el futuro

De la mano de Airbus, 300 estudiantes de dos institutos de la provincia trabajan por conseguir herramientas que les permitan convertirse en "agentes del cambio"

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El futuro no está escrito. Los más jóvenes son quienes tienen que empezar a dibujar lo que promete ese futuro.  Para encontrar la madurez de aquellos las futuras generaciones. Palabras como estas surgen del programa ‘Flying Challenge’, de apoyo a los jóvenes de la Fundación Airbus.

Los participantes son un total de 300 alumnos de  tercero de la ESO del IES Pintor Lara de El Puerto de Santa María y del IES Antonio Muro de Puerto Real. Cuentan con el apoyo de 35 voluntarios de Airbus, 11 profesores y 10 alumnos de la Universidad de Cádiz para desarrollar este programa. Un programa que refleja el “casamiento entre la empresa privada, la universidad y los docentes tanto profesionales como no profesionales -los voluntarios”, explicaba el director del Pintor Lara, Pedro Fernández.

Con el objetivo de “dotar de herramientas a los más jóvenes, que permitan formar su propio futuro, descubriéndose a ellos mismos, mostrándoles conceptos como la motivación, la ilusión o la pasión”, tal y como puntualizó el director de la planta de Puerto Real, Antonio Rueda. Con un trabajo realizado desde el voluntariado de los trabajadores de Airbus, que “percibiendo su situación privilegiada, consideran fundamental colaborar con el entorno, con sus vecinos”, insistió Rueda, quien considera que con el ‘Flying Challenge’ “se da salida a esta necesidad” que confía que en un futuro se incremente con la colaboración con otros institutos del entorno.

Para David Moulet, voluntario de Airbus,  “se busca colaborar con la transformación social del entorno y percibimos cómo los protagonistas, que son los alumnos, se acaban enganchando con el proyecto”.

La diversidad es el principal criterio para seleccionar a los centros, con jóvenes en riesgo de exclusión social, con fracaso escolar, expedientes brillantes, distintas nacionalidades... Tanto es así que en el mismo acto celebrado en el Museo del Dique de Puerto Real, uno de los participantes, Francisco Javier Romero dirigía unas palabras a un aforo abarrotado, admitiendo el pánico que le suponía hablar en público, pero que gracias al programa, estaba ahí, con el micrófono por delante.

Tras conseguir ese “flow”, esa buena convivencia en los grupos, se va a trabajar en el emprendizaje social, con la intención de “crear cambio con el cambio, ayudar a las personas y mejorarnos como personas”, relató Susana Ginesta, quien puso sobre la mesa palabras como motivación, marcarse objetivos, destacar los talentos, encontrar las habilidades, dar confianza y seguridad a los jóvenes.

Porque ellos son “los agentes de cambio, los emprendedores”. Un joven debe marcar su diferencia con respecto al resto del colectivo para poder lanzarse al futuro, debe creer en sí mismo para así no ser sustituible.

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