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Dos siglos y medio ligados a la cultura

Desde Liszt hasta Falla, pasando por el Tío de la Tiza. Este emplazamiento de la calle Arbolí, que se encuentra escondido, quiere salir a la luz

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Si se nombra como la Casa de la Camorra habrá mucho gaditano que no sepa dónde ubicarla. Está en el número 5 de la calle Arbolí, en el antiguo colegio Jaime Balme, hoy Centro Municipal de Artes Escénicas. Allí se encontraba la Casa de la Camorra a mediados del siglo XVIII y así lo ha puesto en evidencia el profesor de Historia, Juan Antonio Vila, que de hace un año para acá, con un grupo de expertos en distintas disciplinas, ha intentado sacar a la luz el pasado de este espacio. Un lugar que lleva 250 años ligado a la cultura, a través del Coliseo de la Ópera Italiana, del Teatro de la Comedia Francesa o del Círculo Modernistas (considerado como la primera peña cultural de Cádiz con Antonio Rodríguez, el Tío de la Tiza). También ha acogido un cabaret, el ateneo, el liceo, la academia filarmónica Santa Cecilia y la Escuela de Comercio, entre otras funciones. 

En este mismo espacio fue donde por primera vez podría haber sonado el himno oficioso del Carnaval de Cádiz: ‘Los duros antiguos’.

Entre sus curiosidades también está el Ficus Benjamina del centro del patio que data de 1845, según explica el profesor.

Por esos muros han pasado personajes de la talla de Manuel de Falla, que al parecer asistió al Conservatorio de Música en ese emplazamiento, así como el conocido compositor Franz Liszt que llegó desde Budapest para “actuar en Cádiz en 1845 y ofrecer el concierto de Nochevieja”, lo que puede considerarse casi un precedente del concierto de Año Nuevo de Viena, comenta Vila. Ha albergado un violonchelo Stradivarius que ha pervivido en la Alemania nazi y ha estado en manos de Andy Warhol.

Hace 15 meses y “por casualidad” este profesor comenzó a investigar los orígenes de la fachada que se escondía bajo los ladrillos del antiguo colegio Jaime Balme. Se encontró con que de 1761 a 1778 se albergaba el Coliseo de la Ópera Italiana, un edificio con cuatro alturas y 60 palcos, construido en en madera.

En uno de los laterales del actual centro se encuentra un patio donde se supone que accedían los coches de caballo que traían a los asistentes al coliseo. En el mismo edificio pernoctaban los músicos, procedentes en su mayoría de Italia, que con su jaleo fueron los que provocaron que se le denominara la Casa de la Camorra (en su acepción de bandolero, explica el profesor de Historia).

Tras derribarse el Coliseo en 1783 y hasta 1808, un grupo de comerciantes de 14 nacionalidades diferentes  edificaba un espacio con claro contenido recreativo cultural, donde se reunían representantes de la colonia francesa. El edificio se inspiraba en el Teatro de la Comedia Francesa, que se ubicaba en el Mentidero. Contaba, según Vila con un salón de casi 21 metros, un teatro para 400 personas y cinco salas entre las que se encontraban una biblioteca, una sala de juegos y una lonja. Allí se reunían a jugar a la bocha o a los naipes permitidos.

Como curiosidad destaca el papel del que fuera cónsul de Suecia, que era "como el actual Ikea, puesto que proveía de madera al continente asiático y a la armada, aunque no mantenía relaciones comerciales con América". Su papel era fundamental, puesto que también tenía buenas conexiones con Celestino Mutis de quien se surtió de una curiosa biblioteca. 

Cuando se convirtió en el Círculo Modernista, entre 1903 y 1906, con la presencia de Antonio Rodríguez cuando no había actuaciones de Carnaval se dedicaba a la zarzuela, donde se le contabilizan 175, explica Vila. Tanto es así que Nandi MIgueles está preparando un trabajo con los tres coros del Tío de la Tiza, que ensayaron en la Casa de la Camorra, Los Lilas, Los espejos y Los Anticuarios. Este lugar también se convirtió en cómplice de su historia de amor con la sastre del coro. Al encontrarse casado, el autor decide irse a Sevilla, donde fallece seis años después. 

El presente
En la actualidad puede disfrutarse de los capiteles de las pilastras romanas, así como medio arco, que puede observarse a través de los respiraderos del edificio.

La fachada, según el experto, que es quien se encarga actualmente de poner en marcha visitas guiadas, estaba formada por cinco arcos, que aún preservan los huecos. Todos los indicios destacan que bajo esa manta de ladrillos de los muros que hoy acogen el Centro Municipal se encuentra la fachada de la Casa de la Camorra. Por ello, el experto y su equipo han conseguido el compromiso del equipo de Gobierno por el cual el arqueólogo municipal, José Gener, “realizará un proyecto arqueológico” con la intención de “poner en valor” este tesoro que se esconde bajo los muros de una edificación realizada por el arquitecto municipal, Antonio Sánchez Estévez, con marcado carácter conservacionista.

Entre los días 10 y 12 de julio se desarrollará  un seminario dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz, donde se abordarán, entre otros, aspectos como la presencia de los títeres de la Tía Norica en el 52 o ‘El Círculo Modernista. Teatros y Tangos en Arbolí’.

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