Mariano Benlliure es sin duda uno de los grandes escultores españoles de finales del siglo XIX y primera mitad del XX. Entre sus obras más famosas se encuentra 'La fuente de los niños' para la que contó con la colaboración de la Fábrica Nuestra Señora del Prado fundada por Juan Ruiz de Luna y Enrique Guijo en Talavera de la Reina. La fuente era tan bella que los visitantes deseaban tener una igual en sus propios jardines. Benlliure encargó algunas a Ruiz de Luna a cuenta de sus clientes y así fue cómo llegaron varias réplicas de la fuente, una de ellas a Cádiz.
La belleza de esta fuente caló en el recuerdo del joyero artesano, Antonio Collantes, que ha dedicado 40 años de su vida a recuperarla a través de una réplica a escala. "Estaba situada en el Baluarte de la Candelaria donde se inauguró en 1927, pero yo la conocí en el Parque Genovés. La recuerdo desde la balaustrada del paseo de Santa Bárbara donde jugábamos todos los chiquillos, hasta que un día desapareció por culpa de unos vándalos. Me sentí mal, tenía ese gusanillo y decidí hacerla", relata.
La fuente consistía en un luneto, o altorrelieve en forma de media luna, con delicadas figuras realizadas en cerámica. Siete niños jugando, empujaban a otro que caía al agua en una taza de mármol semicircular. "La he hecho pieza por pieza", explica. Antonio no encontró ninguna referencia sobre la fuente, tan solo consiguió una foto que expone ahora junto a su obra.
Lo primero que hizo fueron los mármoles, después la plata y algún detalle en oro. Las baldosas son como las que tiene la Alameda Apodaca, de chinos lavados, aunque él las ha realizado con arena de la playa de Sancti Petri. Cada macetón tiene diez piezas, cada ánfora nueve, los niños han sido tallados en cera y los cactus " lo he sacado del mismo natural". Llama la atención el realismo conseguido en el agua de la fuente. "Es lo que más me ha costado, porque quería darle vida propia y creo que lo he conseguido", apunta. Sobre el valor de la pieza asegura que "si lo cobrara por horas...no tiene un precio definido, y sentimentalmente me daría mucha pena deshacerme de él".
Collantes confiesa que el impulso definitivo para terminarla llegó con la crisis. "Llevo en la profesión 54 años, empecé con 9, y comencé poco a poco porque también he hecho cientos de encargos, por eso tuve que abandonarla para atender a la familia. Pero llegaron los tiempos malos y tuve que reinventarme, la joyería es una de las profesiones en estos últimos años ha caído a plomo. Esperando a que las cosas variaran, varié yo. Me cambié de tienda y de esa reinvención han salido cosas buenas como esta". La fuente se encuentra expuesta durante esta semana en una vitrina dentro de la joyería Dolmen que Collantes regenta en la calle Isabel La Católica, y el próximo 25 de noviembre ocupará un lugar principal en el escaparate. El joyero además ha realizado una réplica en forma de broche en plata de ley que también pondrá a la venta.
La fuente será presentado públicamente este sábado, 18 de noviembre, durante la celebración del II Encuentro Profesional de Joyería y Relojería que se celebrará en Jerez. "Lo que pretendo es que se vea, recuperar un trocito de patrimonio y de historia que desapareció en Cádiz".