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La hostelería gaditana grita en silencio: “Sin ayudas nos arruinan”

La movilización ha contado con la participación de más de 1.500 personas procedentes de diferentes puntos de la provincia de Cádiz

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Se han tomado infinidad de medidas, aparecen en el BOJA y el BOE páginas y páginas sobre ellas; pero no aparece ni una sola palabra de ayuda o de apoyo a nuestra actividad”

En la mañana de este jueves el sector de la hostelería gaditana se echó a la calle en protesta por las medidas que restringen su actividad, relegándola a algo no esencial mientras que son miles de familias las que dependen de ella para subsistir. En la provincia de Cádiz cientos de empresarios y trabajadores de la hostelería se han unido a la manifestación para reclama flexibilidad y apoyo a un sector que se encuentra ahogado con las restricciones impuestas por las distintas administraciones.

Más de cuarenta mil familias gaditanas dependen de una hostelería que no pide un rescate, solo pide trabajar. Lamentan que los gobiernos, nacional y regional, les señale como culpables del avance de la pandemia.  “Se han tomado infinidad de medidas, aparecen en el BOJA y el BOE páginas y páginas sobre ellas; pero no aparece ni una sola palabra de ayuda o de apoyo a nuestra actividad”, expresaba el presidente de Horeca, Antonio de María. Señalaba que se trata de la primera vez que Horeca, en los 43 años que han pasado desde su creación, realiza un acto público de estas características. Solicitan ayudas, por ejemplo, para poder afrontar los alquileres de los locales aunque también para poder pagar a proveedores y trabajadores.

La movilización ha contado con la participación de más de 1.500 personas que han acudido no sólo desde la propia capital, sino también desde distintos puntos de la provincia. Una concentración que ha transcurrido con sigilo  y de manera pacífica y en la que se rompía el silencio con los aplausos de los viandantes que mostraban su apoyo a estos empresarios y trabajadores que están pasando momentos complicados.  Los primeros requieren de ayudas económicas y estructurales para poder afrontar los gastos, mientras que los segundos sólo piden que les dejen trabajar y poder llevar un sueldo a casa. Y es que, tal y como rezaba el lema que encabezaba la manifestación, “Sin ayudas nos arruinan”. 

“Los trabajadores nos encontramos la mitad en ERTE y la otra mitad trabajando, aunque una trabajadora ha tenido que ser despedida. Además el paro que tenemos algunos de los trabajadores es de muy pocos meses y esto está durando demasiado”, nos cuenta Jesús Rueda, uno de los trabajadores de La Punta del Sur, un pequeño bar del barrio de La Viña. 

 

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“Necesitamos ayuda económica, pero no un préstamo puntual sino algo que nos ayude de verdad a salvar la situación”, comenta Francisco Alfaro, de la Marisquería San Francisco. También pide “sentido común”, ya que a su juicio “no se pueden cerrar los bares a las seis y que la gente pueda estar en la calle hasta las diez de la noche, porque más medidas se respetan en un local hostelero que en una plaza”.

Aunque no sólo la medida de aforo y horario están perjudicando al sector, también el cierre perimetral afecta a establecimientos como las ventas. “El problema más grave que tenemos es la movilidad, tenemos cerrado el perímetro y nuestra clientela es más bien a nivel provincial y andaluz; si me quitan esas ventas la caja se queda vacía. Tenemos que estar cerrados actualmente porque no tenemos clientes”, comenta Andrés Rodríguez, de la Venta La Duquesa, en Medina Sidonia.

Vicky Félix se dedica al ocio nocturno. Trabajaba en una discoteca y reconoce que lleva más de siete meses sin poder trabajar, “con cero ingreso y todos los trabajadores en ERTE”. Dentro de la hostelería este tipo de locales son de los más perjudicados, ya que en agosto sólo pudieron abrir durante dos semanas. Alexis Ruiz,  presidente de Cádiz de Noche y Andalucía de Noche, apunta que “estamos en la auténtica ruina, así no podemos seguir ni un minuto más; o viene un plan de rescate para que puedan subsistir las empresas o van a tener que cerrar”. Y junto a las discotecas se encuentra los bares de copas, que también intentan sobrevivir entre tantas trabas. “Nos han estado criminalizando, que es una de las cosas que más nos duele”, comenta Daniel Gallardo, del Rollin’Rock Pub. Lamenta que las medidas sanitarias “no vengan acompañadas de ayudas sociales adecuadas a lo que están pidiendo”.

Aunque la manifestación tenía previsto finalizar en la Subdelegación del Gobierno (hasta donde transcurrió con tranquilidad) algunos de los asistentes decidieron continuar hasta la plaza de San Juan de Dios para concluir su protesta ante las puertas del Ayuntamiento. Otros grupos llegaron más allá, llegando a increpar a los locales hosteleros que permanecieron abiertos durante la huelga llegando a recoger las sillas de las terrazas de los mismos e incluso con pequeños encontronazos en la calle Plocia y en la Plaza de las Flores. 

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