El Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) es el primer filtro sanitario para la entrada de productos frescos animales y vegetales en cualquier país. En el caso de la Unión Europea son 240 los puntos de control que existen. En España son 44, 23 de ellos en puertos y otros 21 en aeropuertos. El Puesto de Control Fronterizo (un intento de actualizar el nombre en el caso del PIF que todavía no cuaja; de hecho, en la fachada, el día de la visita organizada para los medios, seguía apareciendo como PIF) del Puerto de Algeciras inspecciona un 30% de los productos que pasan por el total las 44 instalaciones de este tipo que operan en España. Es el que más volumen de actividad tiene en todo el país.
Los 80 trabajadores de estas instalaciones revisan en torno a 200.000 partidas de productos al año en los tres servicios que ofrece el PIF algecireño: Sanidad Exterior (se encarga de proteger la sanidad pública, en este caso en alimentos de consumo humano en su entrada en la UE. Está formado por inspectores veterinarios); Sanidad Animal (controles de animales vivos y otros productos animales que no son para consumo humano, como trofeos, pieles, lanas, etc., para comprobar que no tienen enfermedades, así como materias primas para alimentación animal y medicamentos para animales. También está formado por inspectores veterinarios, que controlan las dos vertientes, importación y exportación); y Sanidad Vegetal (también controla importación y exportación y cuenta con inspectores agrónomos. Se efectúan controles fitosanitarios a vegetales, frutas y verduras de consumo humano, para evitar que entren plagas).
Cada uno de los servicios tiene espacio propio y diferenciado en las instalaciones. A pesar de ello, el hecho de que en torno al 70% de los productos que llegan al PIF del Puerto de Algeciras sean vegetales está generando una necesidad de ampliación de las instalaciones destinadas a estos productos.
El alto volumen de trabajo en el PIF de Algeciras, que lo convierte en el gran filtro sanitario de España, es sencilla. Al menos lo parece con las explicaciones que ofrece la directora del PIF algecireño, Isabel Sánchez-Trasancos. Las instalaciones algecireñas tienen “la particularidad que le otorga la ubicación estratégica, en el centro de las líneas marítimas mundiales, que hace que llegue mercancía muy variada. Eso le hace tener un gran volumen de actividad, al tratarse del primer puerto de España en tránsito de mercancías y el cuarto de Europa, así como por el elevado flujo de camiones con productos perecederos con el norte de África”.
“Somos un PIF-puerto, porque inspeccionamos contenedores, y a la vez un PIF-carretera. Por aquí pasan camiones constantemente que, además, suelen transportar productos perecederos, como pescado fresco, marisco, fruta y verdura, animales vivos… Son productos a los que hay que darle agilidad y por eso tenemos personal las 24 horas. Tenemos el compromiso de que lo que llega hasta el barco de las 22.00 horas, las mercancías prioritarias es lo que vamos a ver primero”, explica.
Aunque hay otros Puestos de Control Fronterizo catalogados de 24 horas, “este es el único que presta ese servicio de manera efectiva todo el año debido a las peculiaridades del Puerto de Algeciras”, subraya.
De hecho, las instalaciones de Algeciras son sede cursos para inspectores de toda la Unión Europea. Además, hay una auditoría anual por parte de las autoridades europeas para comprobar el buen funcionamiento de las mismas y el cumplimiento de todas las normativas que se aplican.
Control escalonado
Los controles que se efectúan en el PIF se hacen de manera escalonada. La revisión de documentación y normas de higiene se comprueba en el 100% de los productos. Luego hay una revisión de identidad, “para que coincida la mercancía con la documentación, para lo que hay que posicionarlo en el muelle, algo que se hace en función del riesgo que tenga el producto. Los que tienen un riesgo muy algo sí los comprobamos en el 100% de los casos, como son los productos de origen animal. En los productos de origen vegetal el riesgo es inferior y ese posicionamiento se realiza un 7% de los casos”, explica la directora. Para ello se valora el historial y la confianza generada por las inspecciones previas, el riesgo que pueda tener según su origen, etc., todo ello se valora a través de un programa informático en el que se van recopilando los datos.
“El tercer control, el físico, se hace en un porcentaje mucho menor, con un control organoléptico de la mercancía, comprobando la temperatura para que no se rompa la cadena de frío, comprobar determinados contaminantes, etc.”, añade Sánchez-Trasancos.
Cuestión de confianza
En buena medida, el funcionamiento de este filtro sanitario es una cuestión de confianza. “Normalmente lo hacen bien, porque poner un contenedor en el Puerto de Algeciras vale muchísimo dinero. Un contenedor de langostinos puede costar 120.000 euros. Nadie quiere hacer las cosas mal, pero de vez en cuando pasa. Pero para eso estamos aquí, para detectarlo en primera línea”, explica su directora.
Si algún control es negativo, se produce un rechazo de la mercancía. Hay varias posibilidades, que pasan por la destrucción o la transformación. Esta última casi no se realiza nunca, ya que conlleva unos requisitos muy exigentes que los operadores no suelen asumir. Si se rechaza todo el contenedor o toda la carga del camión, se destruye. Para ello, el trámite consiste en enviarlo a su país de origen o bien a un tercer país que acepte el envío. Tiene que salir en menos de sesenta días. El centro autorizado para destrucción de mercancías más cercano al Puerto de Algeciras está en Osuna (Sevilla).
Existe una red de alerta, con una herramienta informática con la que estamos unidos con toda Europa, que cuando se notifica un rechazo sanitario el aviso llega a todos los puestos europeos. “Si un país o un establecimiento concreto hace un envío que resulta rechazado, en futuros envíos va a aparecer ese aviso y es seguro que vamos a revisarlo”, narra la directora del PIF. “No quiere decir que todos los envíos que hagan vayan a estar mal, pero sí es necesaria esa revisión”, añade, ya que “en ocasiones el problema está en un simple error en la documentación, lo que no significa que el producto esté mal y no se rechaza, sino que se revisa”.
Sujeto a temporadas
Las temporadas de cada producto, las que marcan tendencia en los comercios y en la publicidad que nos llega, se hacen notar antes en el PIF de Algeciras. En especial, las que tienen que ver con Marruecos. La Fiesta del Cordero, que se celebra precisamente este fin de semana, ha hecho que en las últimas semanas se elevase de manera considerable el paso de camiones cargados de estos animales para cruzar el Estrecho. A eso le seguirá un notable tránsito de caballos que tomarán parte en el Morocco Royal Tour, que incluso requiere de un dispositivo especial a su regreso a Algeciras, con el paso de 300 equinos, que además requieren una inspección detallada, en apenas dos días. En sentido inverso, explica la directora del PIF, “en la UE llama mucho la atención cuando llega la temporada de ferias, a Andalucía, porque empiezan a llegar muchos caracoles vivos. Pasamos de un camión al día, que es el promedio, a 25 camiones al día de caracoles”, comenta.