La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, ha pedido al ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, que cese el hostigamiento contra la Guardia Civil y ha asegurado que el peor daño a Gibraltar se lo está haciendo él mismo con declaraciones absurdas.
Crespo, a preguntas de los periodistas en Jaén, ha dicho que no entiende "al señor Picardo" y que esta polémica se ha producido "por un hecho que para él no debería tener ninguna importancia", ya que lo que está haciendo el buque oceánico es hacer lo que le ha mandado el fiscal de Medio Ambiente, después de "la tirada de los bloques por parte de Gibraltar".
La delegada del Gobierno en Andalucía ha insistido en que el buque oceánico no ha salido de aguas españolas, que "eso es lo primero que hay que dejar claro", y que, por lo tanto, Picardo "no tiene por qué en este momento hacer esas aseveraciones".
Por eso ha pedido a Gibraltar que cese ya el hostigamiento que tiene con los cuerpos y fuerzas seguridad del Estado español, y en especial con la Guardia Civil, "que es una de las instituciones más valoradas en España" y que "está haciendo una labor encomiable".
Ha puesto de ejemplo la incautación anoche de más de una tonelada y media de hachís en una operación contra el narcotráfico desarrollada en la Bahía de Algeciras en la que se ha contado con la colaboración de la Policía Marítima de Gibraltar.
Crespo ha informado de que el buque oceánico ha vuelto a salir a las 13.00 horas "a hacer a su trabajo" y que cree que "en este momento el que está levantando polémicas absurdas" es Fabian Picardo, que le está haciendo un "flaco favor" a su territorio.
El pasado martes, tres patrulleras de la Guardia Civil tuvieron que acudir a prestar protección a un buque oceanográfico español que se encuentra realizando inspecciones científicas en aguas próximas al Peñón, y cuyo trabajo viene siendo hostigado por patrulleras de la armada británica.
El buque de investigación "Ramón Margalef", del Instituto Oceanográfico Español, ya había sido hostigado en la tarde anterior por una patrullera británica, que le instaba a retirarse al tratarse de aguas que Gibraltar reclama como propias.
