La concejal del Ayuntamiento de La Línea, Asunción Barranco, formalizó hace una semana su salida del PSOE y su pase al grupo no adscrito de ediles en la corporación municipal.
Era el desenlace esperado tras la rocambolesca historia de la que es protagonista desde el pasado mes de enero cuando se conoció que una sentencia judicial desestimó su demanda contra el Partido Popular por intromisión en su honor al hacer público que solicitó en 2008 cuando era trabajadora de Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar una ayuda para realizarse una operación de liposucción en sus piernas.
Fuera de todo pronóstico, su partido, el PSOE y concretamente su alcaldesa, Gemma Araujo, le le retiró su apoyo y le pidió que abandonara el acta de concejal, siguiendo las peticiones del PP y prácticamente acusándola de ejemplo de corrupción política.
Barranco defendió su inocencia y se negó a entregar el acta como forma para demostrar su honorabilidad y honestidad.
Tras varios meses de desencuentros con la alcaldesa Gemma Araujo y con la dirección del PSOE local, que la ha tenido completamente marginada del partido y que propuso a través de un expediente chapuceramente elaborado su expulsión, Barranco decidió ya la semana pasada formalizar su situación en la corporación municipal con su pase al grupo no adscrito de concejales.
—Finalmente, usted ha decidido pasar al grupo no adscrito de concejales, ¿por qué ha tomado esta decisión?
—Ha sido una decisión que me ha costado mucho trabajo, porque no podía asumir que me tenía que ir del partido, pero me estaban haciendo la vida imposible. Me abrieron un expediente se supone por no aceptar una decisión arbitraria de la alcaldesa; y luego resulta que la causa cambia de la noche a la mañana y era al final por dañar la imagen pública de la alcaldesa por declaraciones mías ante la prensa.
Es decir, se me acusa de corrupta por mi propio partido, yo me defiendo y resulta que al final yo he dañado su imagen. Hasta esta paradoja hemos llegado en esta locura.
Me di cuenta que esto era un juicio sumarísimo; y la prueba está que yo me he ido del partido y ella sigue diciendo que me echa. Porque yo he dicho que me voy temporalmente y ella teme que vuelva al partido; en el fondo, ella creía que yo tenía un interés político y yo en absoluto lo tenía; yo ya tengo mi vida hecha, con mi trabajo y mi familia, y no necesito el partido para vivir como otros.
Mi único interés era mi vocación por ayudar a mi ciudad; pero ya he visto el uso caciquil que se hace de la política, que tiene a tanta gente alejada de ella.
—¿Y está usted dispuesta a seguir en la corporación?
Tomar la decisión ha sido muy dura, por eso he tardado cuatro meses. Porque no sabía que era lo mejor para mí, para mi familia, y por la transcendencia que iba a tener para el partido y el Ayuntamiento. Y porque iba a tener consecuencias como por ejemplo las amenazas de perder mi trabajo. Yo mi trabajo no se lo debo a la política; estoy en Mancomunidad desde 1999 y fija desde 2004, mucho antes de entrar yo en política. Así, que es algo que no tiene sentido esa amenaza.
En mi decisión de continuar está esa rebeldía de tratar de luchar contra personas que hacen un uso caciquil de la política y que encima quieren pisotearme y que llegan incluso a estar amenazando con que puedo llegar a perder mi trabajo.
—Para usted, socialista convencida, ¿habrá sido doloroso abandonar su partido, el PSOE?.
—Lo dejo clarísimo, yo sigo fiel a mis ideales socialistas. Yo no he tenido un problema con el PSOE; yo lo he tenido con Gemma Araujo y Francisco Espada. Ellos piensa, en su mentalidad caciquil que quien tiene un problema con ellos, lo tienen con el partido, y no es así. Mis ideales socialistas son firmes, quizá porque yo nunca he necesitado el partido para vivir, yo soy socialista solo por convicción sin ningún otro interés, y mis ideales socialistas no van a cambiar nunca.
—¿Qué posición a la hora de votar va a tomar usted en los plenos de la corporación municipal
—Voy a seguir siendo fiel al socialismo. Lo que ocurre es que yo he dudado muchas veces de lo que estábamos haciendo en el ayuntamiento fuera socialismo. Entonces, cuando yo crea que una decisión no es socialista y es perjudicial para la ciudad yo voy a votar en contra del equipo de gobierno municipal. Seguramente dirán que votaré contra el PSOE, pero no, votaré contra una política que yo creo que no es socialista. Yo a partir de ahora no voy a acatar la disciplina del partido, voy a votar en conciencia, bajo mis ideales y lo que sea beneficioso para el pueblo.
—¿En qué situaciones puede usted tener discrepancias de inicio con el equipo de gobierno municipal?
Por ejemplo en la elaboración de la RPT, donde no se ha tocado para nada el Capítulo I y no se ha realizado ningún cambio y siguen existiendo sueldos escandalosos dentro del Ayuntamiento. No es una RPT valiente, que esté hecha defendiendo los criterios del pueblo y de los trabajadores. También en Seguridad discrepo mucho de como se están haciendo las cosas; al igual que en la Delegación de Urbanismo, donde hay mucho por hacer y prácticamente no se ha hecho nada en lo que va de legislatura. La gente paga sus impuestos para ver mejoras en la ciudad y no para ver grandes sueldos de funcionarios.
—Usted ha señalado que ha recibido amenazas y teme por la pérdida de su puesto de trabajo. ¿Puede explicarlo?
—A mi me dijeron que o estaba bajo el paraguas del PSOE o correría peligro mi puesto de trabajo, y fue en una Ejecutiva local por lo que estas palabras deberían estar en acta. Y además debería dejar el acta de concejal. Yo no accedí a ese chantaje por ese espíritu rebelde que tengo que me hace luchar contra estas injusticias y esa forma de hacer política de decir que “esto es mío y hago lo que quiera”. Es una locura que te digan que o estás bajo el paraguas del PSOE o que dejes el acta o corre peligro tu trabajo; es algo muy grave, muy serio. ¿Eso es socialismo? ¿Eso es defender a los trabajadores?
—Usted señala que la traición de Araujo y del PSOE hacia su persona se originó por un desencuentro con la alcaldesa en septiembre. ¿Cómo sucedió?
—Tuvimos una discrepancia en el mes de septiembre por que yo no estaba de acuerdo en una decisión que se tomó para dar una concesión privada de un servicio, que yo creía que debía ser público. A raíz de esa discusión Gemma Araujo me pidió delante de todo el grupo municipal que dejase el acta, porque decía que yo no le era leal por discrepar en una decisión. Entiendo que eso no es lealtad, sino sumisión. Yo sí he dado ejemplo de lealtad a mi partido, que este incidente no lo hice público y seguí trabajando. A raíz de ese incidente las relaciones ya no fueron buenas y está claro que Gemma aprovechó la sentencia en enero sobre mi denuncia al PP para echarme del equipo de gobierno municipal. Pero en vistas de los resultados creo que la jugada se le ha vuelto en contra porque todo el pueblo está viendo la forma dictatorial que tiene de actuar.
—¿Se siente usted decepcionada por el Partido Socialista, por la falta de apoyo y el trato recibido?
—Repito que yo no tengo nada en contra de mi partido, del PSOE, yo he tenido una discrepancia con dos personas que se han creído los dueños del partido. A mí me han dado muchos mensajes de apoyo desde el partido e incluso hay gente que ha dimitido de funciones que tenía por este incidente. Entiendo que tanto desde el comarcal como el provincial no pueden darme su apoyo públicamente porque eso sí crearía un grave cisma en el partido.
— Usted ha planteado un recurso a la sentencia emitida por el juzgado. ¿Ha llegado a hablar usted con la jueza que emitió la sentencia que desestimaba su demanda contra el Partido Popular”
—He recurrido la sentencia que desestimaba mi demanda contra el PP porque creo que la jueza se equivocó al decir que yo era un cargo público cuando pedí la ayuda; y evidentemente no lo era, era solo una trabajadora que estaba pidiendo una ayuda que estaba recogida en convenio; ayuda que al final no se me concedió. No he hablado con la jueza, pero sí espero que se me dé la razón. Sobre los del informe, era lógico que lo hiciera ya que entraba dentro de mi funciones hacer estos informes, pero en ningún momento era vinculante, ya que tenía que ser aprobado o desestimado por un consejo, como así ocurrió.
En cuanto a la sentencia, también ha que recordar que Gemma Araujo me apoyó incondicionalmente en 2010 y dijo que era un ataque machista del PP. ¿Cómo es posible que en 2014 diga lo contrario? Ese es su socialismo.
—Para finalizar, ¿con qué se queda después de estar viviendo toda esta experiencia?
—Me quedo con el apoyo de mi familia y con las ganas de luchar, de ese espíritu de rebeldía que me insta a seguir adelante e intentar demostrar que he sido víctima de una persecución. También me quedo con el gran apoyo que me han dado y me siguen dando los ciudadanos y gente de mi partido. A veces te preguntas si ha merecido la pena entablar esta batalla, pero creo que sí, que merece la pena.