Un total de dieciocho conductores fueron denunciados durante la campaña de controles de velocidad realizada la pasada semana por la Policía Local de Chiclana, según ha informado hoy el delegado municipal de Seguridad Ciudadana y Tráfico, Agustín Díaz.

Esta cifra de denuncias es fruto de las 1.816 vehículos controlados por los agentes de este cuerpo de seguridad en los puntos establecidos en diferentes vías del municipio durante entre los días 8 y 14 de abril, en horarios de  mañana, tarde y noche. Esta campaña se ha realizado en colaboración con realizada a nivel nacional por la Dirección General de Tráfico (DGT).

De las citadas dieciocho denuncias, el mayor número de ellas se produjo durante el pasado lunes, 8 de abril, primer día de la campaña, con siete denuncias de un total de 564 intervenciones, y el viernes, 12 de abril, con cinco personas denunciadas y un total de 67 controles realizados, mientras que el resto de las jornadas se saldaron con tres o ninguna acta levantada.

El objetivo de esta actuación ha sido el de concienciar a los conductores de la necesidad de adecuar la velocidad de sus vehículos a las normas y señales de tráfico existentes, así como a las condiciones de las vías, de cara a garantizar la seguridad de los peatones y de los propios automovilistas, ya que, tal y como recogen los estudios realizados por la Dirección General de Tráfico, la velocidad en las vías urbanas es un factor determinante, “ya que a partir de ochenta kilómetros por hora es prácticamente imposible que el atropello a un peatón no cause su fallecimiento. Por contra, a treinta kilómetros por hora, este riesgo de muerte se reduce al diez por ciento de los casos”, según ha incidido el citado concejal.

Menos infractores

Por ello, los informes de la DGT ponen de relieve que, a pesar de haberse registrado un descenso en el número de conductores denunciados por exceso de velocidad, es necesario seguir insistiendo en el control y vigilancia de esta faceta del tráfico, por cuanto tiene un impacto muy importante en la calidad de vida de las zonas urbanas, poniendo además en peligro la seguridad de los peatones y ciclistas. Asimismo, estos estudios indican que una rebaja del cinco por ciento en la velocidad media supone una reducción del 20 por ciento de los accidentes mortales.