Un total de 113 parcelas de la urbanización Soto del Águila se acogerá al proceso de regularización y urbanización, tras la puesta en vigor de la Ordenanza de Regularización el pasado mes de septiembre. Así lo ha anunciado el alcalde de Chiclana, José María Román, quien ha comparecido en rueda de prensa junto al arquitecto y responsable del proyecto, Israel Quintero, y al representante de la Asociación de Vecinos Soto del Águila, Diego Aragón, así como a la delegada municipal de Urbanismo, Ana González, y técnicos municipales del área de Diseminado.
En este sentido, desde la Asociación de Vecinos Soto del Águila, ubicada junto a la carretera de La Barrosa, entre la rotonda de Las Menuditas y la Escuela Montessori, se ha presentado en el Ayuntamiento de Chiclana el proyecto de delimitación del ámbito preferente de ejecución del área de regularización e integración urbano-ambiental de Las Menuditas. “Se trata del primer paso para la urbanización de esta zona del término municipal, cuya urbanización se hizo allá por mediados de los 70, pero que no se terminó”, ha indicado el alcalde, quien ha destacado “el esfuerzo de los vecinos para poder hacer realidad esta actuación”.
Hay que destacar que este ámbito previsto para regularizar incluye un total de 113 parcelas, en su gran mayoría construidas, de las 135 existentes en la zona, lo que supone una extensión de 62.865 metros cuadrados, de los cuales 13.758 metros cuadrados son de viales y el resto de suelo residencial. Asimismo, indicar que la amplia mayoría de las parcelas tienen una superficie de 300 metros cuadrados, aunque también existen parcelas de 1.000 metros cuadrados. “Esto supone un salto tremendo, porque algo que lleva tantísimo tiempo esperando, ahora será una realidad. Además, no solo es el documento que han presentado, sino que este proyecto cuenta con el apoyo de 113 propietarios, que están por la labor de urbanizar”, ha expresado el alcalde, quien ha agradecido al conjunto de vecinos su implicación y al arquitecto encargado del proyecto “la labor pedagógica en materia urbanística”.
“Mucha gente se va a fijar en lo que estos vecinos están haciendo, así como en la actuación de la calle Aspérula, aunque este proceso es mucho más importante”, ha destacado el regidor chiclanero, quien ha añadido que “también estamos trabajando en dos ámbitos en la Rana Verde con iniciativas comerciales, así como otros residenciales en distintas zonas de Chiclana”. “Estamos hablando de un proceso que da ventajas, ya que podrán tener agua corriente, servicio de agua y alcantarillado, alumbrado público, seguridad vial, urbanización, espacios públicos, etcétera...”, ha incidido Román, quien ha añadido que “no somos conscientes lo que supone este proceso, en el que el 90 por ciento de los vecinos se acoge al mismo y reclama celeridad al Ayuntamiento”. “Ha habido tanto ruido sobre la validez de la Ordenanza y si podía ser o no una realidad, que no hay mejor manera de verlo como ahora, con un grupo de 113 propietarios que presentan un proyecto como éste. Todo ello de la mano de técnicos especializados como el propio Israel Quintero”, ha recalcado.
Por su parte, Israel Quintero ha recordado que “este proceso comenzó a finales de 2016, con la aprobación definitiva del Plan General. Desde entonces nos dimos cuenta desde la asociación que se abría una puerta que siempre habíamos tenido cerrada, puesto que durante 40 años había estado en un limbo jurídico y urbanístico”. “Nos pusimos manos a la obra y, debido a la complejidad del proceso, decidimos mantener mesas de trabajo con un máximo de cinco o seis personas, lo que nos llevó prácticamente un año”, ha indicado el arquitecto chiclanero, quien ha aclarado que “se explicó todo en materia urbanística”.
“Después de estas mesas de trabajo celebramos una asamblea en la asociación, en la que se acordó hacer un estudio económico de los costes de las obras de urbanización, que se ejecutó con un trabajo de campo importante con visitas a cada una de las parcelas. Además, llevamos a cabo reuniones con técnicos de Diseminado, Chiclana Natural, Endesa, Telefónica, etcétera…, así como con los delegados municipales”, ha indicado Quintero, quien ha añadido que “también calculamos los costes de todo el proceso de regularización, es decir, procesos primario y secundario”. En este sentido, destacar que el coste final para un propietario de una parcela de 300 metros cuadrados se sitúa en unos 10.000 euros aproximadamente. “Estamos hablando de todo el proceso, no solo los servicios básicos”, ha aclarado.
“Tuvimos una segunda asamblea para explicar el importe que cada vecino debía aportar y ellos lo vieron asumible. Por ello, quisiera agradecer a los asociados su esfuerzo económico importante, anteponiendo el interés general por encima del particular”, ha expresado Israel Quintero, quien ha indicado que “ya hemos presentado el proyecto de delimitación y en cuestión de semanas presentaremos el proyecto de urbanización, paso previo a la solicitud de la licencia de obras”. “En definitiva, la asociación lo que quiere es urbanizar, mejorar su situación precaria en cuanto a infraestructuras urbanísticas, que las 40 parcelas sin edificar puedan obtener sus licencias de obras y, por tanto, aprovechar las bondades que establece la Ordenanza”, ha comentado.
Finalmente, Israel Quintero ha resaltado que “los vecinos solo queremos empezar lo antes posible las obras de urbanización, ya que las reglas del juego (PGOU y Ordenanza) son muy favorables”. “Por tanto, solo pedimos al Ayuntamiento cierta celeridad de cara a que este proceso sea una realidad lo antes posible”, ha incidido.
Por otro lado, el representante de la Asociación de Vecinos Soto del Águila ha destacado que “el que más o el que menos lleva viviendo allí unos 20 años y ahora es el momento oportuno para llevar a cabo todo este proceso”. “La gente está comprometida y concienciada de que esto hay que hacerlo, ya que está cansada de calles sin asfaltar, fosas sépticas, averías constantes en la red de agua, etcétera...”, ha manifestado Diego Aragón.