El Ayuntamiento de Chiclana rendirá homenaje a Manuel Rodríguez de Alba ‘El Brillantina’, chiclanero que dedicó su vida al cante, el baile y el humor en todas sus facetas. Así lo ha anunciado el alcalde de la ciudad, José María Román, en un acto en el que también han estado presentes, la delegada municipal de Cultura, Pepa Vela; el hijo del homenajeado, Manuel Rodríguez, y el representante de la Peña Flamenca, Manuel Parra. Este acto de homenaje se desarrollará el próximo 22 de febrero, a las doce y media de la mañana, en la calle Fierro, con la colocación de una placa conmemorativa en la casa que lo vio nacer.
José María Román ha recordado que ahora se cumple el centenario de su nacimiento y los 50 años de su fallecimiento y por ese motivo se realiza en estos momentos este homenaje. También ha destacado la importancia que tiene esta persona que se va a reconocer y “es por ello que se le va a poner una placa en la calle donde nació, en el actual colegio Alameda”. En este sentido, el alcalde ha explicado que “‘El Brillantina’ era un hombre de cante, de arte y de humor fresco, que se codeaba con los más grande de la farándula de aquella época y eso es de reconocer, porque, además, era chiclanero”.
El regidor chiclanero ha puntualizado que “se va a tratar de un acto bonito, de reconocimiento a una persona que hizo reír a muchísima gente” y ha querido agradecer estar arropado en este acto de presentación por una buena parte de la familia, expresnado que “me alegro mucho de que vayamos a hacer este pequeño acto, ya que es un gesto que llena de emoción el corazón de muchas personas que lo trataron”.
Manuel Rodríguez ha agradecido al Ayuntamiento y a toda su familia por acudir a la presentación de este reconocimiento y ha explicado que “mi padre siempre fue chiclanero, tanto fue así que se vino de Madrid porque no podía estar tan lejos de su familia, a pesar de estar allí con los mejores artistas de la época, trabajando con Caracol”. Rodríguez ha contado algunas de las vivencias y anécdotas de su padre, en las que va a profundizar el día del homenaje.
Por su parte, Manuel Parra ha expresado que hay numerosas anécdotas desconocidas sobre ‘El Brillantina’ y ha animado a toda la ciudad de Chiclana a que acuda el día 22 de febrero a la Peña Flamenca, ya que “es el mejor homenaje que se le podría dar a este gran artista, dándole el sitio que tanto se merece”.
Manuel Rodríguez de Alba ‘El Brillantina’
Fue uno de los más geniales humoristas que ha tenido Cádiz, cantaor y cómico con enorme gracia y duende. Es inolvidable para todos sus familiares, amigos y muchos aficionados del flamenco, que lo admiran y aún le recuerdan. Nacido el 06 de febrero de 1920, en la calle Fierro, número 21, Palacio Conde del Pinar, dentro de una familia de 13 hermanos. Desde muy joven le fascinaba el mundo de la farándula, a pesar de la oposición de sus padres. Se le daba bien el baile, cantaba, imitaba con mucha gracia y arte, entre ellos a Manolo Caracol.
Como cantaor conocía y dominaba un extenso abanico de cantes, pero sin duda ninguna era en las fiestas donde él destacaba más, ya que fue muy solicitado para interpretar este tipo de cante, tanto para amenizar fiestas como para trabajar en los distintos tablaos. Todas las noches de venta en venta, de Cádiz a la Isla, para ver si salía algún festejo y así poder llevarse algo a casa. En la ‘Venta Vargas, alternó con los bailaores como ‘Joselito el de Chiclana’ y Juan Farina, allí conoció a Lola Flores a la que imitaba con gracia fina cantando por bulerías. Lola Flores lo llevó en muchos de sus espectáculos incluso en la película ‘Una señora estupenda’, con Gracita Morales y José Luis López Vázquez, entre tantos actores de la época.
Con las dificultades de su profesión, se fue buscando otros aires a la Línea de la Concepción, lugar a donde fijó su residencia al contraer matrimonio con María Ochoa, teniendo un único hijo del matrimonio, Manuel Rodríguez Ochoa. Realiza trabajos en diversos tablaos como ‘El Boquerón de Plata’, ‘Tablao Ana María’ o ‘El Brillante’. En la zona malagueña fue contratado en los tablaos ‘Las Cuevas de Nerja’, ‘Los Canasteros’, ‘Torres Bermejas’, ‘La Pagoda Gaditana’ o ‘El Jaleo’, pasando de ahí a trabajar en numerosas salas de fiestas de Madrid y otras ciudades españolas. De cada ciudad que pisaba le enviaba una postal por correo a su madre Angela.
Fue amigo, entre otros, de ‘Juanito Maravilla’, ‘Flores El Gaditano’, ‘Beni de Cádiz’ o el gran cantaor chiclanero ‘Rancapino’, con los quien compartió importantes momentos de su vida no solo en lo profesional sino también en lo personal. Trabajó con muchos más artistas en distintos tablaos y ciudades como fueron ‘Terremoto de Jerez’, ‘Bambino’, ‘Fosforito’, ‘Faico’, ‘Pansequito’, ‘Argentina Coral’ o ‘Pericón de Cádiz’, que llegó a decir que “en Madrid se aprendió a contar chistes cuando llegó Brillantina”. Todos los que tuvieron la suerte de conocerlo y tratarlo coinciden en que era muy buena gente, muy noble y humano y que era todo un personaje dotado de un arte especial. Dicen que si llega a tener un buen mánager hubiera llegado a la altura de ‘Chaplin’ o ‘Cantiflas’.
De ‘El Brillantina’ cuentan los más cercanos que no se podía mantener ninguna conversación seria con él, puesto que siempre terminaba con cualquier ocurrencia de las suyas, siendo la risa una constante en su vida cotidiana, no solo y exclusivamente el objetivo a cumplir en su trabajo. Su gracia era innata, para nada estudiaba ni aprendía de nadie; era difícil que le salieran igual dos números de los que realizaba aunque los repitiera, debido a la genial impronta que tenía. Por eso su repertorio era tan variado.
Además, reunía todas las características necesarias para estar entre los caricatos más señeros, el espontáneo gracejo que aportaba con su mímica facial y corporal que acompañaban a todos y cada uno de sus relatos y anécdotas cortas y picantes, le hicieron ser un humorista de gran categoría, digno de ser imitado aún muchos años después de su muerte. En el Corral de la Morería de Madrid, como cuenta el director de cine Tito Fernández, los actores americanos Ava Gardner y Frank Sinatra fueron sorprendidos por la forma de ser de ‘El Brillantina’ y sus cantes e historias.
Cuando tenía “un hueco” se paseaba por su Chiclana querida, visitando a su madre y a su familia en la calle Fierro o en la calle Nueva y echando un cachito siempre con amigos en la cantina ‘Santa Mónica’, de su cuñado Diego en el Mercado de Abastos.
Falleció en accidente de tráfico en su ciudad de residencia el 22 de febrero de 1970, tras salir de una de sus actuaciones en la sala de fiestas ‘El Berrenchina’, situada entre la Línea y Algeciras. El fallecimiento fue muy lamentado también por sus compañeros de escenarios, destacando la presencia en su entierro de Lola Flores, acompañando a la familia.
Manuel se anticipó a su tiempo, hoy con los medios de comunicación con los que se cuenta en la sociedad, hubiera cosechado grandes éxitos.