El guardameta catalán Alberto García se ha despedido hoy entre lágrimas del cordobesismo, tras rescindir hace dos días su contrato con el club para fichar por el Sporting de Gijón, y ha subrayado en su adiós que para que el Córdoba pueda aspirar al ascenso es fundamental que haya "unión".
Alberto García, en una emotiva despedida ante más de medio centenar de personas en el salón de actos de El Arcángel, ha dicho entre lágrimas que, tras renovar el pasado verano hasta 2016, pensaba que le quedaba "mucho que disfrutar aquí", pero cree que "ha acabado un ciclo" porque no sabe si su rendimiento "puede ir a más".
"Me parece injusto que se me valore porque me vaya a otro equipo de Segunda A, cuando renuncié dos veces a irme a Primera, la última en Navidad", ha aseverado el portero.
Ha añadido que en sus cuatro años en el Córdoba se ha dado cuenta que "aquí cualquier persona está expuesta y va a ser enjuiciada por cualquier decisión que tome, por eso hay que darse cuenta de cuando hay que poner un punto y aparte, y ese momento ha llegado ahora".
Alberto ha apuntado que el Córdoba "parte siempre con una presión por las expectativas que se montan, y hay que ser conscientes de lo que eso supone", por lo que ha señalado que "uno de los errores de este año fue la búsqueda de comparativas continuas" con la temporada pasada, en la que se jugó la fase de ascenso.
"He querido arreglar cosas que al final han acabado por superarme", ha espetado el ya nuevo portero del Sporting.
En este sentido, ha indicado que para que el Córdoba pueda realmente aspirar a subir a Primera "hay que dejar a un lado las diferencias, aunque para eso tienen que poner de su parte el club, los medios y las instituciones", porque "aquí siempre se busca los tres pies al gato para dar explicaciones".
Ha destacado que para lograr el ascenso "se necesita de todo el mundo, aunque algunos debían poner más de su parte, pero la unión es el único secreto", pues "el entendimiento debe ser el primer paso".
Para Alberto García, "todo parte por una estabilidad", por lo que ahora "no es bueno que se hable de venta del club", porque "eso influye a todos los estamentos, y más a un vestuario" por la incertidumbre que ocasiona entre los jugadores.
Con todo, el catalán cree que es "posible recuperar la ilusión" del cordobesismo, porque "siempre se ha empezado con momentos más difíciles, como el del Concurso de Acreedores" hace tres años.
