Zapatero llega tarde y mal

La fingida realidad económica del Gobierno de Zapatero no aguantó más. De la noche a la mañana, literalmente, toda la política que hasta ahora había practicado el Ejecutivo ha dado un bandazo de 180 grados para adaptarse a los verdaderos acontecimientos. La primera medida de sacrificio será la reducción del sueldo de los funcionarios en un 5% de media en 2010 y su congelación en 2011. También se suspende en 2011 la revalorización de las pensiones excluyendo a las no contributivas. Asimismo, el cheque bebé desaparecerá a partir del 1 de enero de 2011. El presidente al fin reconoce lo grave de la situación y que el país no puede soportar un 11,2% de déficit y un 20% de paro. Lo que hasta hace dos días negaba que fuera a hacer ahora lo tiene que poner en práctica tarde y mal. Son medidas insuficientes e injustas para atajar un grave problema que Zapatero parece haber descubierto de repente. Hasta Obama le ha telefoneado para hacerle entrar en razón, para que admita de una vez que la realidad, por muy desagradable que sea, es la que es. Ahora toca a los ciudadanos apretarse el cinturón,-más todavía- cuando existen gastos supérfluos que se deberían eliminar. Hay todavía demasiados coches oficiales, asesores, gastos de representación y, sobre todo, ministerios inútiles cuya supresión o fusión supondría un ahorro considerable para que los que paguemos la crisis no seamos los de siempre.