El Getafe ganó 2-0 al Zaragoza en un partido aburrido, espeso y frío que resolvió gracias a dos chispazos de Adrián Colunga y Sergio Escudero, que marcaron para mantener vivo el sueño europeo de su equipo y para dejar al cuadro aragonés al borde de los puestos del descenso.
El Getafe suma cuatro victorias en los últimos cinco encuentros. Tres de ellas, seguidas, después de deshacerse de Celta de Vigo, Mallorca y, ahora, del Zaragoza. Sigue una inercia positiva que le ha permitido escalar posiciones en la tabla para poder pensar en viajar por el continente la próxima temporada.
Y es que el buen momento de forma de los hombres de Luis García se notó desde el principio del duelo. Sin hacer mucho ruido, sin dar demasiado espectáculo, la sensación de peligro estaba en posesión del cuadro madrileño. No anduvo especialmente fino, pero el Getafe ya sabe a lo que juega y con poco esfuerzo dominó casi todo el choque.
Cada día suele haber un par de jugadores que destacan por encima del resto mientras el colectivo se mantiene firme, sin fisuras y sobrio. En esta ocasión, fueron dos futbolistas los encargados de sobresalir un poco respecto a los demás. Fueron Pedro León y Adrián Colunga, que últimamente no deja de destacar en las filas azules.
Pero fue el extremo murciano la principal molestia para el conjunto maño, que mientras se enredaba en buscar el camino para inquietar al portero Miguel Ángel Moyá, veía como su rival poco a poco comía el terreno a un equipo que necesita un revulsivo urgente para salir del pozo.
Las cabalgadas de Pedro León pronto asustaron al Zaragoza, que pudo recibir el primero en el minuto 18, cuando un centro desde la izquierda del jugador del Getafe a punto estuvo de ser rematado a la red por Adrián Colunga.
La misma historia, por la otra banda, y con los mismos protagonistas, acabó de diferente forma diez minutos después. La conexión entre ambos funcionó y el Getafe se adelantó con un gol que hizo justicia a los méritos de ambos equipos en la primera parte, en la que el Zaragoza apenas inquietó a su rival con un disparo lejano de Abraham que despejó con facilidad el portero local.
La segunda parte sobró. El público del Coliseum no se declaró en rebeldía por los pelos. Entre el intenso frío y el pobre espectáculo que dieron Getafe y Zaragoza, lo único que apetecía era escuchar el pitido final del árbitro.
Mientras el tostón avanzaba hacia el final, los hinchas del Zaragoza llegaron a pedir a sus jugadores "un tiro a puerta". Estaban desesperados por ver reaccionar a los suyos, incapaces de crear una sola ocasión de peligro.
Tampoco el Getafe las hacía y se conformó con los únicos sobresaltos del segundo acto que le dieron la ventaja necesaria para acabar plácidamente el encuentro.
Primero, Loovens vio dos cartulinas amarillas en cinco minutos y se fue al vestuario; después, Sergio Escudero marcó tras sacar una falta que rebotó en un defensa para despistar a Alcolea; y por último, Pedro León, tras el 2-0, vio en un minuto un par de tarjetas que sumaron una roja.
No hubo más. Eso fue todo. El Getafe se llevó tres puntos gracias a dos chispazos y a una primera parte potable. Pero eso bastó para que siga soñando con Europa a costa del Zaragoza, que cada vez se acerca más a los puestos de descenso.