El Sevilla y Manu del Moral saben que no seguirán ligados la próxima temporada, a pesar de que Emery intentara retenerlo en el mercado invernal. Pero la razón era que si se marchaba el atacante el banquillo quedaría huérfano de efectivos, puesto que Babá ni cuenta.
Desde el pasado invierno el jugador jiennense tiene barra libre para buscar un futuro apetecible. Eso sí, con una condición sine qua non; para poder marchar deberá presentar sobre la mesa una oferta lo suficientemente suculenta como para paliar el gasto que en su día los nervionenses efectuaron por él. Es decir, cuatro millones de euros como base para sellar su adiós.
Equipos como el Villarreal de Marcelino ya mostraron su interés en el pasado mercado invernal, pero el futbolista no quiere jugar en Segunda. Entre la vorágine apareció su gran amigo y entrenador, Michael Laudrup. Ambos coincidieron en una etapa notabilísima en el Getafe.
Aquel vínculo profesional y afectivo provocó la llamada del técnico danés a Manu en enero, pero ya advirtió Emery que no le dejaría marchar cuando contaba sólo con Negredo en punta de lanza. Por lo tanto, Laudrup y Del Moral se volvieron a citar para verano.
Pero ahora que el jiennense cuenta menos que nunca para Unai, el entrenador del afamado Swansea ha vuelto a la carga para convencer a su ‘perla’. Lo ha llamado y tiene claro que se lo va a llevar. Manu tampoco pondrá impedimentos. Ahora, Swansea y Sevilla están obligados a entenderse y los 4 millones exigidos no serán un escollo.
Fue señalado en La Rosaleda por los sevillistas
El jiennense dispuso de 32 minutos el pasado domingo en Málaga y apenas rascó bola. Tras el choque, los suplentes salieron a estirar al césped de La Rosaleda, mientras que los sevillistas desplazados aún permanecían en las gradas. Éstos no dudaron en increpar a Manu, hasta tal punto que el jugador se tuvo que marchar.
