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CAI, con vibrante triunfo, irá a Valencia para resolver eliminatoria

El conjunto aragonés en su pista volvió a demostrar que derrotarle en su fortín se termina convirtiendo en una labor titánica cuando está inspirado

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El CAI Zaragoza demostró que el play-off es otra cosa y en un partido vibrante y jugado al límite de las fuerzas, con tres prórrogas incluidas, consiguió imponerse al Valencia Basket y forzar el tercer y definitivo partido para resolver la eliminatoria de cuartos de final para el título.

El conjunto aragonés, al contrario de lo mal que lo pasó en el primer partido, en su pista volvió a demostrar que derrotarle en su fortín se termina convirtiendo en una labor titánica cuando está inspirado.

Los zaragozanos saltaron a la pista dispuestos a que de ninguna manera se repitiese lo acontecido en el primer partido de la eliminatoria en Valencia, con una gran intensidad en cada una de sus acciones que obligaba a su rival a no bajar la guardia en ningún momento.

El alto nivel que imponían en defensa ambos equipos provocó que en los primeros minutos tuviesen muchos problemas para anotar y no se pasaba de la canasta por minuto.

Los rojillos apenas daban escasas opciones en el juego interior al conjunto de Velimir Perasovic que se veía obligado a sumar sus puntos buscando los lanzamientos exteriores y en muchos momentos más allá o pisando la línea de triple, de hecho en el primer cuarto tan solo anotaron una canasta cerca del aro.

Los jugadores que tres días antes pasaron como una sombra de si mismos por la capital valenciana, empujados por sus seguidores desde que el balón se había puesto en juego, no querían perder y si lo hacían querían ponerle a su adversario las cosas lo más difícil posible.

Tras haber alcanzado en el primer cuarto su máxima ventaja (19-13), los naranjas tenían muchos problemas con sus hombres altos pero encontraban en los lanzamientos exteriores, que en muchos momentos les concedían los maños para incrementar su fortaleza en la pintura, la manera de sumar y consiguieron darle la vuelta al marcador hasta disponer de cinco puntos a su favor (26-31).

Que era otro partido muy diferente al de la Fuente de San Luis lo reflejó el marcador al descanso, ya que los zaragozanos habían sumado más puntos en veinte minutos que en cuarenta en el enfrentamiento anterior.

Tras el paso por el vestuario, los naranjas sumaron cuatro triples consecutivos que les permitieron abrir una brecha en el marcador que hasta entonces no habían sido capaces de alcanzar, aunque sin llegar a alcanzar la barrera de los diez puntos, con los zaragozanos que trataban de mantener el ritmo de anotación de su rival pero no lo conseguían.

La diferencia se fue estirando más por los fallos en los lanzamientos de los locales, en determinados momentos bastante forzados, que no querían que su rival rompiese definitivamente el partido.

En el último cuarto a los hombres de José Luis Abós se les estaba escapando el partido y entraron en racha cuando más lo necesitaban y además desde el triple que con seis anotados les permitieron volver hacer sentir a los naranjas el aliento en el cogote y ver como su rival incluso recuperaba el dominio en el marcador.

Al final los zaragozanos tuvieron en sus manos el lanzamiento para finiquitar un encuentro que iba camino de eternizarse en las prórrogas.

A los valencianos alargar el partido les podía pasar factura porque llegaban muy cargados de faltas y a las primeras de cambio perdieron a Markovic y Lishchuk.

El desgaste en los cuarenta minutos reglamentarios había sido tremendo, pero lo que no sabían los jugadores es que todavía se iba a prolongar un cuarto de hora más para conocer al vencedor, con el premio para los locales de volver a Valencia o de los valencianos de tener un respiro para empezar a preparar las semifinales.

Los dos técnicos trataron de extremar las precauciones con unos jugadores a los que las ideas empezaban a irles bastante más rápidas que las piernas en unos momentos en los que el balón cada vez era más pesado.

Tiros liberados que con anterioridad habían convertido con facilidad ahora ni siquiera tocaban aro, en la lucha por cada balón a todos parecía irles la vida, incluso desde la línea de tiros libres la veían un poco más lejos.

El marcador entró en un sube y baja con dominio alterno en un partido en el que conforme se consumían los segundos los zaragozanos tenían en sus manos el resolverlo pero no tuvieron el acierto necesario.

En la tercera prórroga, el cansancio ya era evidente y a pesar de eso tanto Rafa Martínez para los naranjas como Pedro Llompart, decisivo para los rojillos en la tercera prórroga hasta que cometió la quinta personal, tuvieron la fuerza suficiente para anotar triples, pero empezaban a pesar más los errores que los aciertos y cada balón era un seguro de vida, al final un lanzamiento de Damjan Rudez acariciando el triple puso en ventaja a su equipo (122-120) que los valencianos ya no fueron capaces de volver a igualar a pesar de tener opción para lograrlo.

El próximo martes uno de los dos equipos acabará la Liga Endesa, pero si ambos son capaces de alcanzar el nivel mostrado en la capital aragonesa el pronóstico se presenta completamente incierto.

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