La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha justificado su ausencia en la final de la Copa Confederaciones, que el domingo disputaron Brasil y España en el estadio de Maracaná, asegurando que ella no sigue "el patrón de la FIFA", sino "el patrón de Felipe" Scolari, el seleccionador brasileño.
"No fui porque no fui", se ha limitado a contestar en un primer momento al término del Consejo de Ministros. "No fui porque mi presencia no estaba prevista", ha añadido Rousseff, ante la insistencia de la prensa brasileña.
Interrogada sobre si su Gobierno sigue "el patrón de la FIFA", Rousseff ha replicado que sigue el "patrón de Felipe", en alusión al entrenador de la selección de fútbol de Brasil, Luiz Felipe Scolari.
Antes de la final, fuentes de la FIFA manifestaron su contrariedad por la decisión de la presidenta brasileña de no asistir a la final de la Copa Confederaciones. Tradicionalmente, es el jefe del Estado del país anfitrión el que entrega el trofeo. Sin embargo, los abucheos recibidos en el partido inaugural de la competición hicieron que la presidenta decidiera no acudir al partido.