El Atlético de Madrid confirmó este martes la continuidad por las cuatro próximas temporadas del extremo internacional belga Yannick Carrasco, traspasado desde el Dalian chino y que ya ha firmado su nuevo contrato con el club rojiblanco, después de jugar en él como cedido durante el último semestre.
"El extremo resultó pieza importante en el tramo final de la temporada pasada ayudando al equipo a conseguir el objetivo de lograr la tercera posición de LaLiga y la clasificación para la Champions League por octavo año consecutivo con los 16 partidos que disputó", destacó el club en un comunicado en su página web oficial.
Es el segundo movimiento hasta ahora del Atlético en cuanto a la plantilla del primer equipo (ha traspasado o cedido otros jugadores como Caio Henrique, al Mónaco; Francisco Javier Montero, al Besiktas; Diego Conde, al Leganés; Darío Poveda, al Getafe...). El primero fue la contratación del portero internacional croata de 24 años Ivo Grbic, tras el fin de contrato de Antonio Adán, y el segundo es éste: la permanencia de Yannick Carrasco.
"El Atlético de Madrid y el Dalian Professional FC han llegado a un acuerdo para el traspaso de Yannick Carrasco. El internacional belga ha firmado su nuevo contrato para las cuatro próximas temporadas", anunció sobre las 16.20 horas para ratificar una operación encaminada desde hace semanas y ultimada desde hace días.
La última señal inequívoca de que su continuidad era ya casi un hecho fue el domingo, cuando abandonó la concentración de la selección de Bélgica no por motivos médicos, sino "de acuerdo con su club"; es decir, no jugaría contra Islandia este martes para sellar su permanencia en el Atlético y sumarse a la pretemporada.
"Mi deseo es quedarme en el Atlético y espero noticias", insistía el pasado viernes desde su selección el extremo, relanzado en su vuelta a Europa y, sobre todo, en el tramo final del pasado curso, cuando regresó del parón competitivo de la pandemia del covid-19 en un nivel que recordó al que mostró en su paso anterior por el club.
Sus cualidades son indiscutibles. Es vertical, vertiginoso en la conducción, habilidoso en el regate, veloz en la transición y desbordante en el uno contra uno, además de su indudable disparo, pero también dentro de una irregularidad que le han hecho por ahora no haber logrado la consolidación como presuponen tales virtudes.
A su vuelta de China, repescado por el Atlético primero por seis meses mediante una cesión, ha aprovechado su oportunidad. No fue inmediato, porque se unían los condicionantes de una preparación física, debido a la inactividad competitiva, por debajo del equipo cuando llegó en el último día de enero para redescubrir su talento. Pero sí eficaz, en cuanto agarró el ritmo que no tenía al principio.
En el primer mes y medio, desde su debut recién regresado al equipo en el derbi frente al Real Madrid (el 1 de febrero, al día siguiente del anuncio oficial de su fichaje) al último choque antes de la suspensión de las competiciones por el Covid-19, el 2-3 ante el Liverpool en Anfield -él fue suplente y no dispuso de minutos-, disputó cinco de los ocho encuentros, pero nada más uno de inicio.
Después sí se ganó un sitio. "Las cosas se ven por sí solas. El crecimiento que ha tenido Carrasco desde que hemos vuelto con el Athletic fue de menor a mayor y va creciendo partido a partido. Es vertical, incisivo, tiene gol, tiene una velocidad de conducción muy buena...", destacó su técnico, Diego Simeone, el pasado 3 de julio.
Los datos confirman tal afirmación: de los doce partidos finales, desde la vuelta a la competición del equipo, él jugó once, cinco como titular, nada más se perdió uno por un cuadro digestivo y participó en los once restantes que estuvo disponible. Y las sensaciones también, como por ejemplo su partido ante el Barcelona.
Ha vencido la contrarreloj para su continuidad, ha reivindicado todo su potencial de nuevo en el fútbol que más luce y más exigencia tiene, el europeo, y ha reencontrado su sitio en el Atlético, del que salió en febrero de 2018 por la puerta de atrás, al olvido del fútbol chino, lejos de los focos, lejos de su nivel real de juego...
Y lejos de todo lo que había apuntado ya en el Atlético para aquel entonces. De agosto de 2015 a febrero 2018, disputó 124 partidos (74 de inicio), cien de ellos en nada más dos campañas, y marcó 23 goles (más de la mitad, catorce, en 2016-17), aparte de su deslumbrante desborde, al que entonces faltó constancia. Más maduro, aún con 26 años, revive su oportunidad de triunfar en el Atlético.