El número 3 del mundo, en busca de su título número 14 en París que eleven a 21 el contador de sus Grand Slam, se mostró implacable
El día de su 35 cumpleaños, en el silencio catedralicio de la central cerrada de Roland Garros, bajo las estrellas, el español Rafael Nadal se dio un festejo ante el francés Richard Gasquet, 6-0, 7-5 y 6-2 en 2 horas y 14 minutos para clasificarse para tercera ronda.
El número 3 del mundo, en busca de su título número 14 en París que eleven a 21 el contador de sus Grand Slam, se mostró implacable contra un rival 15 días más joven, al que ha ganado en los 17 duelos que han compartido.
Su adversario por un puesto en octavos será el británico Cameron Norrie, 45 del ránking de 25 años, que nunca ha superado la tercera ronda de un grande, y que venció al sudafricano Lloyd Harris por 4-6, 6-3, 6-3 y 6-2.
Dos veces lo ha afrontado Nadal, ambas este año y el británico no se ha llevado un set. Perdió en el Abierto de Australia y en el torneo de Barcelona.
El español aseguró que hizo un extraordinario primer set y consideró que en el segundo su nivel no bajó demasiado, pero sí subió el de Gasquet, lo que igualó las cosas.
"Está bien ganar en tres sets, pero a veces es mejor tener partidos ajustados que te permiten conocer tu nivel", dijo el español.
Todo va por el buen camino para Nadal, que parece encontrar las sensaciones que tantas veces le han llevado a la gloria en París.
Con la derrota de este jueves, la tercera en Roland Garros, una de las más abultadas, Nadal convirtió a Gasquet en su presa favorita: 17 triunfos a 0, el mayor número de derrotas sin victoria de la historia, igualada otras cinco veces en el pasado.
Nadal comenzó tan revolucionado como apagado el galo, casi somnoliento en un partido programado tarde, sin público que le alentara, cosas de combinar los derechos de televisión con el toque de queda, que dan como resultados partidos monacales, cuchicheos eucarísticos.
En ese ambiente perpetró Nadal el sacrificio de Gasquet, su compañero de generación, aquel junto al que empezó cuando ambos eran promesas adolescentes, pero que luego no siguió la estela del español.
El ajusticiamiento apuntaba a histórico cuando en menos de media hora Nadal se apuntó un 6-0, el tercero contra Gasquet, el 21 en su carrera en Grand Slam.
El segundo llevaba una tónica similar, 5-2 y bola de set para el español, pero el orgullo de Gasquet despertó y el siesteo cambió de lado. Más agresivo, el francés sacudió al español y llegó a igualar a 5, momento en el que sonó el despertador de Nadal para devolver las cosas a su sitio.
Con ese, Nadal encadenaba 30 sets consecutivos contra Gasquet, que ya no tenía moral para más. El español es el único de los grandes del circuito al que no ha logrado derrotar y en el ocaso de su carrera parecía poco probable que fuera a conseguirlo.
El tercer set cayó por su peso, cuando ya el reloj había superado las 23 horas, hacía 2 que los franceses debían estar en sus casas y el silencio se apoderaba de la ciudad.