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Jueves 18/04/2024  

Desde la Bahía

Querido septiembre

Si la fuerza de las olas, siempre imprescindible, es desmesurada y continua, la roca abrupta acabará por erosionarse y ceder

Publicado: 04/09/2022 ·
21:22
· Actualizado: 04/09/2022 · 21:22
Autor

José Chamorro López

José Chamorro López es un médico especialista en Medicina Interna radicado en San Fernando

Desde la Bahía

El blog Desde la Bahía trata todo tipo de temas de actualidad desde una óptica humanista

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Empezar de cero no es posible, ni además indicado o preciso, porque la carga histórica vivida, la intensidad y abundancia de conocimientos y el saber acumulado, hacen imposible olvidarse de lo conseguido. La humanidad es joven. Pero es un joven al que hemos llevado a parvulario, escuelas, Institutos y Universidades y lo hemos atiborrado de conceptos, teorías, demostraciones y deducciones, a más de añadirles en los últimos decenios los descubrimientos científicos y tecnológicos, cuyo alcance cualquier profeta presentaría como propios de la taumaturgia. Aquel campesino que antes miraba al cielo, ahora ha bajado su vista hacia la tablet o el móvil que tiene entre sus manos.

Si los Libros Sagrados han sido revelados por Dios y por lo tanto ciertos, que pronto, mucho antes del conocimiento del bien y el mal, hombre y mujer eran culpables de desobediencia. Y apenas un corto espacio de tiempo posterior, el asesinato fratricida hizo su aparición, cuando se contaban los seres humanos con los dedos de la mano y sobraba alguno. De ahí al resentimiento, la envidia, el deseo de venganza, homicidios, asesinatos, tiranía, esclavitud y guerra, prácticamente no hubo discontinuidad. Vergonzoso tiempo de aparición del concepto de pobreza y esclavitud, que perdura en nuestros días.   

En las relaciones humanas, matemáticas, geometría, física o química no tienen espacio o lugar. Las matemáticas tienen su fuerza en las combinaciones de los números, pero se pierden en el infinito, es decir, cuando se acercan a Dios. La geometría vive de una ilusión, la línea y por más formas que esta adopta, nunca se acerca a la morfología humana. La física y la química, emparentadas y avanzando cogidas de la mano, quieren hacernos creer que son causa y fundamento de las mejores cualidades humanas y supeditan las reacciones humanas, entre ellas el amor, a combinaciones de sus elementos que dan lugar a sustancias, que rigen nuestras funciones vitales, pero se olvidan del libre albedrío, cuyas variaciones sublimes o fatídicas proceden del espíritu, del alma y no hay tiza y pizarra, que pueda explicarlo racionalmente. Y también olvidan que son posibles múltiples combinaciones diferentes, que nos llevarían a abandonar todo lo conocido. Solo el Creador sabe los límites de su obra. 

La vida es bella. Sus adversidades pueden corregirse. Se lo he dicho al naciente septiembre que ahora comienza y que muestra la tristeza de que su fiesta más gozosa y radiante, la vendimia, la ha secuestrado en gran parte un cálido y furtivo agosto. Este mes, siempre refugio y amparo, como si del regazo de una madre se tratara, de tanto estudiante, que en él encontraban la forma de resarcirse ante profesores y padres, en una segunda convocatoria examinadora, de la insuficiencia que mostró durante el curso académico, ahora una nueva ley de educación, creada más con ánimo de ir contra lo establecido hasta entonces que de favorecer al alumnado, derriba con una piqueta,  estéril, amorfa e inexperta, un pedestal siempre dispuesto a incorporar sobre él a aquellos que se esforzaron durante la época estival en no ser víctimas del perezoso retraso en el saber y  aunque ahora joven, vea en este empírico fraude una forma de descargar las alforjas de su conciencia del suspenso y la repetición de curso, en su madurez próxima, la ausencia de tantas parcelas del saber, le condicionará el lugar merecido en la vida laboral.

 

Es septiembre también el mes de la vuelta al "cole". Los políticos emulando conceptos universitarios, comienzan "el curso político" y se deja prever un primer enfrentamiento entre el que rige y el que se opone. Los ciudadanos ya inmersos en la Liga de fútbol y en la Champions, adoptan el mismo criterio del balompié para los debates políticos. Poco importa que lo que digan estos señores en su parlamento, sea demagógico, fraudulento o verdadero, lo importante es ganar, no jugar bien, porque con esto último ni se asciende en la clasificación deportiva, ni se conserva el cargo en el gobierno.

Las calles están preparadas para ser pisadas por multitudes manifestantes, alentados por altos cargos del gobierno. Los campos no están preparados para la labranza. Les falta su "carburante hídrico" y a las viviendas su "carburante gaseoso" que guerra, comercio e intereses, aparte de una indeseable administración, han conseguido elevar su precio a tan alta moneda que no tiene cabida en los bolsillos de clases más necesitadas. La lucha trabajadores/empresarios es la del mar contra el acantilado. Si la fuerza de las olas, siempre imprescindible, es desmesurada y continua, la roca abrupta acabará por erosionarse y ceder, el agua se desbordará y pudiera no ser evitable la tragedia o miseria, algo muy alejado de la finalidad que se desea.

Querido septiembre: Los avances científicos son extraordinarios, pero las denominadas "ciencias humanas" filosofía, ética, estética, religión, psicología, hermenéutica etc. siguen permaneciendo, más que estáticas, devaluadas a través de los tiempos y ahora se pretende derribarlas y comenzar de un "cero", muy acorde con el mismo signo que define la capacidad neuronal de algunos de los "dirigentes" actuales.            

 

 

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