La comparsa de Juan Carlos Aragón pretende volver a un estilo más sencillo pero recargado
El disfraz de arlequín se identifica con el demonio del Car-navalis de las fiestas celebradas en Flandes en el siglo XIII. No parece muy gaditaníssimo, pero consiguen acercarlo a Cádiz con motivos de la ciudad en la chaqueta y el forillo. También la madroñera en la parte trasera del sombrero.
“Que las alegrías de los gaditanos son más grandes que sus penas”, cantaban en el primer pasodoble. Segunda letra para el pregonero, “resurrección del espíritu de Don Carnal, patrón de los carnavaleros”. Cuplés en su línea. Destaca un bonito estribillo. El popurrí repasa las costumbres más gaditanas, siendo uno de los puntos fuertes del repertorio.