El otro día vi un video que tenía como protagonista a una pequeña llamada Rocio.Se simulaba la aparición de una niña cuyos padres eran una pareja gay y una compañera de clase la increpaba. Rocío no dudó ni un momento en salir en su defensa y me conmovió su ejemplo, sobre todo por su edad y entereza.
Pero, oh sorpresa, resulta que en pleno siglo XXI aún quedan cromagnones viviendo entre nosotros, perfectamente mimetizados hasta que abren las fauces y critican a la chiquilla. Alegan que no existen estudios que afirmen que un niño que crezca en el ámbito de una familia con padres del mismo sexo no sufrirá algún tipo de trauma. Lo que es seguro es que las estadísticas no mienten, y la totalidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales provienen de familias “tradicionales”. Siguiendo ese razonamiento, lo peligroso es tener padres de distinto sexo. O tenerlos a ellos como padres.
Otros afirman que es una aberración ir contra la Naturaleza, que si no hay un padre y una madre como van a tener hijos. Hay que reconocer la originalidad del argumento, como si no existiera algo llamado adopción. Para estas lumbreras, un padre o una madre estériles tampoco tienen derecho a formar una familia. Porque para ellos la familia es algo así como una granja de cría de humanos. Seguro que se alegrará si algún día Rivera y los suyos consiguen legalizarlas.
También están los que creen que la homosexualidad es una enfermedad contagiosa, que se transfiere de padres a hijos, a pesar de lo que dictan la lógica, la razón y la OMS. Lamentablemente, la estupidez de un padre sí puede afectar a un niño.
Y para rematar, algunos machitos piden un Día del Orgullo Hetero. No sé por qué; no corren peligro de perder su empleo por ser hetero, no les dan palizas por ser hetero, no están discriminados por ser hetero, no hay países en que sea ilegal ser hetero. Pero ser imbécil debería serlo.
Siento deciros, cromagnones, que la cama y el corazón no entienden de peras o manzanas, que aunque disimuléis escondidos tras banderas arco iris, se os vio el plumero hace tiempo, cuando escupíais rabia y objeciones, peros y zancadillas. Vosotros, homófobos del mundo, seguid el pensamiento de vuestros referentes, los que prohiben, matan, ahorcan. Yo prefiero tener entre los míos a Lorca, Turing, Highsmith, Sócrates, Kahlo y Newton.