L a memoria y más la implacable hemeroteca es muy cruel. Las promesas se desvanecen como azucarillo de café en las múltiples propuestas realizadas tiempo atrás a los diversos colectivos por parte del equipo de Gobierno, los que le recuerdan día sí y día también que hay que cumplir con lo prometido.
Que hay que dar la cara, ser responsable y que hay que ofrecer soluciones. En el tiempo quedaron las buenas intenciones de revolucionar y de dar la vuelta como si se tratase de un calcetín, de arreglar y de solucionar los problemas.
El fútbol base, que nunca había tenido tanta unidad a lo largo de su historia, paradójicamente, ha encontrado con el tripartito el nexo común, el que le recuerda uno a uno los ofrecimientos que valieron para salvaguardar un entendimiento que con el paso del tiempo se está diluyendo y evaporando ante la falta de comunicación y lo que es peor, la nula respuesta de actuación en solucionar una problemática que se enquista.
Paradójicamente esta misma semana visitaba toda la plana mayor socialista el pabellón de la Angelita Alta tras ocho años cerrado. Ironías, en la misma que el fútbol base portuense se echaba a la calle para retratar la triste realidad. El pabellón es la única instalación deportiva inaugurada en el siglo XXI.