El pasado día 13 recibí tu última tarjeta de felicitación por mi onomástica con una caligrafía distorsionada, producto de la debilidad de tus manos, esas manos que fueron capaces de plasmar en más de cien lienzos la imagen de la patrona de El Puerto, Nuestra Señora de los Milagros, esas manos que enseñaron a pintar a cientos de alumnos de todas las edades en la Academia de Bellas Artes, esas manos que han dejado su huella de maestro en numerosas acuarelas, óleos, sepias, dibujos y retratos que nos han permitido conocer todos los rincones de nuestra ciudad, sus edificios, sus paisajes, bodegones con los productos de nuestra tierra y un sinfín de personajes que, por alguna u otra razón, destacaron en nuestras vidas.
Carteles de Semana Santa, peñas y Ferias de Primavera que lucieron por su originalidad y belleza. Esas manos, querido amigo, que ahora van a tener la oportunidad de deslizar tus pinceles sobre el inmenso azul del cielo para retratar una vez una vez más la figura de Nuestra Señora la Virgen de los Milagros, solo que en esta ocasión posará para ti en cuerpo y alma.
Esas manos, Luis, que me acogieron en la victoria y en la derrota, en la prosperidad y en la adversidad, en la cumbre y en el foso, que aun sabiendo todo de mí, me quisiste como un hermano.
Esas manos que estrechamos fuertemente tres días antes de tu partida en una breve charla en la que me pediste que sorteara el cuadro, donado por ti, donde figura el Adriano III navegando por el Guadalete y que la recaudación obtenida se entregue a la Asociación Española Contra el Cáncer, enfermedad que durante meses soportaste con dignidad y sufrimiento.
Amigo del alma, parte de mi vida se va con tu marcha: la fundación de la Oración en el Huerto, la Gerencia de Muebles Pedregal, la caseta del Olivo y las reuniones de la Academia de Bellas Artes, más de 60 años juntos en los que he podido comprobar tu honradez, tu lealtad y una humildad sin límite a no querer ser nunca el primero.
Solo tu pasión por la pintura te han llevado, sin tú quererlo, a ser protagonista del arte en El Puerto de Santa María. Para los portuenses sigues vivo porque nadie más muerto que el olvidado y a ti jamás te olvidaremos.
Enrique Pedregal Valenzuela.
*El miércoles 2 de agosto se celebrará una Eucaristía por su eterno descanso en la Parroquia de San Francisco a las 20.30 h.