Cuarto festejo y segunda corrida de toros del abono portuense 2017. Rozándose los tres cuartos de aforo, se han lidiado toros de Núñez del Cuvillo, el cuarto como sobrero, de correcta presentación y descastados. Matadores: Morante de la Puebla (botella y oro con los pechos bordados): ovación con saludos y ovación con saludos; Cayetano (Purísima y oro) que sustituía al lesionado José Mª Manzanares: ovación con saludos y ovación con saludos; y Ginés Marín (Turquesa y azabache): oreja y ovación con saludos tras fuerte petición de oreja. Se han desmonterado Iván García y Alberto Zayas en el segundo, en el tercero “El Fini' y Manolo Izquierdo y José A. Carretero en el cuarto. Buena colocación de Ginés Marín en el tercio de banderillas del cuarto de la tarde consiguiendo hacer un quite de riesgo a Carretero cuando salió trastabillado tras parear.
Antes de iniciar a describir lo que bajo mi punto de vista ha dado de sí la segunda corrida del abono portuense, debo decir que los pupilos de Núñez del Cuvillo que hoy se han lidiado en la Plaza Real han tenido menos gas que una gaseosa de marca blanca, de ahí lo del titular de esta crónica. Los taurinos siempre ponen el pego de que el toro que viene a El Puerto está sacado de tipo y que en esta plaza se debe lidiar un toro más pequeño que el que actualmente se exige en los reconocimientos, recordemos las críticas de Morante el pasado año cuando terminó de matar su lote de toros de Santiago Domecq. Pues bien no sé qué excusa pondrá el “Genio de la Puebla” este año sobre la presentación y kilos de los toros de Cuvillo que han salido por chiqueros y que en esta ocasión tampoco han servido. Pero ya sabemos la auténtica magia de la Tauromaquia es que nunca dos y dos suman cuatro.
Morante saludó al primero de la tarde con templadísimas verónicas rematadas con primorosa media. Lo dejó fijo en el caballo con una vistosa serpentina. Comenzó su faena de muleta por bajo. En los medios toreó con gusto por ambos pitones, pero quizás no era el terreno más propicio para un toro con poca codicia y fuelle en sus embestidas que salía de la muleta con la cara arriba. Poco a poco el burel se fue apagando llegando a echarse tras un pinchazo. El diestro saludó desde el tercio.
El cuarto de la tarde saltó al ruedo con un problema de descoordinación, el presidente no dudó en sacar el pañuelo verde. El sobrero era un toro con cuajo pero cómodo de cara. El diestro sevillano no pudo estirarse a gusto con el capote en este toro. Inició por alto barriéndole el lomo su labor con la muleta. El de La Puebla mostró hoy que traía ganas y logró una faena muy torera destacando el toreo al natural. Un mete y saca y el uso del descabello tras una estocada contraria le privaron de tocar pelo. Esperemos que Morante vuelva a mostrar sus ganas de triunfo el próximo domingo en el mano a mano con “El Juli” que se celebrará en esta misma plaza.
Cayetano recibió en el tercio con una larga de pie a su primer enemigo, para luego enjaretarle unas buenas verónicas. El torero de dinastía mostró su raza comenzando la faena de muleta de rodillas cerrado en tablas. Continuó en los medios por el pitón derecho, a la postre el más potable del burel. Cuando la faena parecía coger vuelo el animal echó la persiana y desistió de embestir. Tras un pinchazo cobró una estocada y recogió una ovación en el tercio.
El quinto de la tarde hizo cosas extrañas en el capote, o bien estaba reparado de la vista o le perjudicaba el alumbrado eléctrico que a esas horas daba luminosidad al espectáculo. Inició su labor con la franela por bajo pero pronto el toro se rajó y buscó el abrigo de las tablas. El torero porfió y tiró de repertorio de cara a la galería. Tras una estocada tendida y dos descabellos saludó desde el tercio.
Ginés Marín hacía su presentación en esta plaza, y como está llamado a ser figura del toreo quiero dejar constancia de la reseña del toro que ha lidiado en ella: “Humoso” nº 98 de 460 kg. y nacido en octubre del 2011. El jerezano-extremeño lució en el paseíllo un capote que perteneciera a “Manolete”, prestado para este día por D. Álvaro Domecq, y lucía un precioso vestido “de la aguja” color turquesa y azabache. El joven matador lo lanceó con mucho gusto y son. Brindó su faena al guitarrista Vicente Amigo que se encontraba en el callejón. Con la franela realizó una faena muy estética logrando buenos pases por ambos pitones, destacando el toreo con la “mano del dinero”, pulseando las embestidas y no obligando al toro en pro de que durara más que sus hermanos. Terminó su labor con una media en buen sitio que dio con el toro a tierra. Cortó la única oreja del festejo.
El sexto fue un jabonero que fue muy a menos en sus embestidas. Ginés estuvo muy por encima del animal logrando sacar la poca agua que tenía en la “cantimplora de la bravura”. Al final de la faena tiró de arrestos y le recetó unas ceñidas benardinas. Necesitó de estocada y descabello para finiquitar al toro. El público pidió la oreja, pero la presidencia, con buen criterio de “blindar” la Puerta Grande no la concedió. En El Puerto no se puede salir a hombros con dos “orejitas”.
Quiero dar mi opinión sobre la negativa del presidente a la concesión de la oreja en este toro: he comentado varias veces que el Ayuntamiento de El Puerto, debe solicitar a quien corresponda que la Puerta Grande de nuestra plaza se abra solamente cuando un diestro corte dos orejas en un toro tal y como se hace en otros cosos de España. Quizás pueda exponer como aliciente a esta idea la titularidad de Plaza Real que esta “Joya” de la Tauromaquia ostenta.