La ciudadanía portuense asiste en la mañana de este lunes a un hecho histórico como es el derribo de los tres primeros y principales edificios de la barriada de José Antonio, los que dan a la plaza de la Esperanza.
A primera hora de mañana, los operarios de la empresa Juan Romo procedían al vallado de la zona, para acto seguido, sobre las once de la mañana, comenzar el derribo de la parte superior del edificio que colinda con Purina. Así, a lo largo de la jornada se continua derribando las partes superiores de los tres edificios, y una vez se enganche el cableado del alumbrado a los postes colocados la semana pasada para tal fin, se continuará con el derribo del resto de los edificios, una tarea que, según explican representantes municipales, se prolongará durante una semana.
Vecinos de la zona y curiosos han asistido a este derribo, que será el principio del fin de esta barriada, castigada a lo largo de los años por los problemas derivados del tráfico de droga y la casuística de los narcopisos, y lo que ha conllevado esta situación. Una lucha que emprendieron los vecinos, quedando solo cuatro familias por realojar. En primer lugar, los vecinos lucharon para que se diera una solución digna a este problema, con planes sociales que eliminaran la problemática existente, pero finalmente se ha tenido que recurrir al desalojo y derribo de las viviendas. La mayor parte de los propietarios están realojados en los edificios de Santa Clara, pero aún queda dar una salida a las familias que se resisten a salir de sus viviendas.
Los más curiosos incluso han fotografiado y grabado imágenes de este acontecimiento, que ha supuesto un revuelo en la zona, así como en el tráfico, que se ha ralentizado por momentos, ya que se ha cortado uno de los carriles de tráfico de la avenida de Sanlúcar.
Al derribo de estos primeros edificios han asistido miembros de la Corporación municipal, con Antonio Fernández, alcalde accidental y edil de Economía, a la cabeza, y técnicos de AVRA, dependiente de la Junta de Andalucía, pues cabe recordar que se trata de una actuación conjunta entre ambas administraciones.
Así, Fernández explica que se trata de "la primera fase de demolición, tratándose del principio del fin de esta barriada, que se demuele tras 16 años de trabajos, especialmente en el último año y medio, de la mano de la Junta". Posteriormente, añade que llegarán ·los expedientes de expropiación de las familias que quedan, con los que hay que llegar a acuerdo", pidiendo a la Junta que entonces "agilice los trámites para que se demuela el resto de la barriada, lo que supondrá la regeneración de la zona, con planes de rehabilitación posteriores".
Asismo, el alcalde accidental asegura que la Junta trasladó a la mayor parte de los vecinos a Santa Clara, y al resto se les tendrá que ofrecer un emplazamiento con una fórmula adecuada a sus reivindicaciones y necesidades, o bien un piso de los que quedan vacíos en Santa Clara. Con todo, especifica que "se trata de familias normalizadas" las que aún quedan en sus viviendas, existiendo el problema "con los narcopisos".
Antonio Fernández destaca que, una vez se eliminen estos tres edificios, la Policía Nacional "tendrá mayor visibilidad" de la zona, y podrá actuar y acudir con menores problemas a este barrio, en el que insiste que se han conjugado distintos factores para que la salida sea a la que se asiste en el día de hoy, como "falta de planes sociales precoces, lentitud de las administraciones, pero más vale tarde que nunca".
La concejal de Urbanismo, María Eugenia Lara, asegura que el Ayuntamiento se acogerá a proyectos de ITI para este tipo de barrios, para intentar intervenir en Los Milagros, y que no tenga el final de José Antonio. Por otro lado, explica que "se da un paso más para la dignificación de este barrio y su entorno". Con todo, también insiste en que no hay marcado, por parte de las administraciones, un plazo para continuar con las demoliciones, pues todo dependerá de la agilidad de las negociaciones con el resto de vecinos, confiando en no tener que llegar al caso de la expropiación forzosa.
El edil de Levantemos, Pepe Oliva, ha sido testigo de estos primeros trabajos. Cabe recordar que es vecino de la zona, y lamenta, que la imagen que se vaya a visibilizar cuando estos tres edificios se derriben sea peor que la actual, pues se verá una zona aún más deteriorada de la barriada, confirmando que Levantemos ya ha destacado esta situación en multitud de ocasiones, sin que Ayuntamiento y Junta lo hayan tenido en cuenta.
Los vecinos temen que este derribo traiga la proliferación de roedores y otros insectos.