La empresa Crazy Domains pensó que Pamela Anderson ligera de ropa sería un excelente reclamo para atraer clientes, pero al final la atención recibida por parte del público ha sido tanta que les ha arruinado la idea.
Tras el estreno del anuncio, miles de consumidores australianos presentaron reclamaciones ante el organismo australiano regulador de publicidad, pues consideraban que esa manera de publicitarse excedía con mucho el buen gusto.
El vídeo en cuestión muestra a Pamela como una mujer de negocios que se encuentra en una reunión, mientras uno de sus compañeros de trabajo la mira imaginándosela ligera de ropa y bañada en leche.
Ante el aluvión de quejas, el gobierno australiano ha decidido retirar el anuncio por considerarlo poco adecuado. Según afirma Fiona Jolly, la presidenta del organismo regulador de publicidad: "Está concebido para ser una representación descarada y exagerada, pero desde nuestro punto de vista se han pasado de la raya".
Según informa Contact Music, el responsable de Crazy Domains, Gavin Collins, ha culpado a las "blogueras feministas" por fomentar la controversia y tiene pensado luchar contra la resolución tomada por el gobierno.