Medio centenar de trabajadores, en su mayoría de la empresa privada Geotec, que ha llevado adelante los trabajos de perforación, salieron exultantes del yacimiento, con banderas en las manos y los cascos de seguridad aún puestos.
Dos de ellos, Jorge Contreras y Luis Badilla, habían llegado esta misma mañana con los tubos que se utilizarán para proteger las paredes del túnel, de unos 70 centímetros de diámetro y 630 metros de profundidad, que hoy se acabó de abrir.
"Esto queda grabado para siempre. Es bonito. Estar aquí es algo que no tiene nombre", dijo a Efe Luis Badilla.
"Ha sido muy emocionante", añadió Jorge Contreras, que ha pasado toda la noche en la carretera.
Entre el ruido de los bocinazos y la algarabía desatada, los técnicos repartieron camisetas con la imagen de T-130 impresa.
Antes de que fuera trasladada a la mina San José para llevar a cabo del Plan B del rescate, esta perforadora realizaba sus trabajos en la mina Doña Inés de Collahuasi, en las cercanías de Iquique, a unos 1.000 kilómetros al norte de la mina.
En esa empresa se desempeña también Rodrigo Serey, que colaboró en las tareas de rescate junto a otro medio centenar de personas.
"No hay muchas palabras para describir esta emoción, que es ser parte de esta historia", dijo a Efe mientras salía de la mina subido en un todoterreno, junto a la decena de camiones y camionetas que formaban la comitiva.
Mientrastanto, los familiares aplaudían agradecidos a los técnicos y a la máquina en la que están depositadas sus esperanzas.
"Fue emocionante. Imagínese, la máquina que va a rescatar los 33 mineros", dijo a Efe Jeannete, tía de Jimmy Sánchez, al que su familia espera con una gran fiesta preparada, que incluirá orquesta y un chancho (cerdo) a la parrilla.
También Alfonso Ávalos, padre de los mineros Renán y Florencio, se mostró "muy contento" con el buen resultado de la máquina, que después de 33 jornadas de trabajo, ha abierto el camino para que los 33 mineros puedan recobrar su libertad tras más de dos meses de encierro.