Con un candado simbólico gigante la XXXII marcha contra la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos.
Con un candado simbólico gigante la XXXII marcha contra la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, concluyó este domingo a la puerta de la instalación, con el accidente de Fukushima en el recuerdo y como argumento para urgir su cierre ya.
La marcha número 32 contra el cierre de la central burgalesa, que organiza la Coordinadora contra Garoña que agrupa a diversas asociaciones ecologistas y colectivos sociales de Burgos, La Rioja y País Vasco, convocó alrededor de un millar de personas, y concluyó con la lectura de un manifiesto en el que se pedía que no se espere a 2013 para el cierre.
Con un recuerdo también para los atentados del 11 de setiembre, se leyó un manifiesto ante la central, que estuvo repleto de referencias al accidente de Fukushima, sucedido hace seis meses, ya que uno de sus reactores es hermano del de la central burgalesa.
En el manifiesto se volvió a incidir en que el accidente de Japón “ha desmentido la seguridad nuclear” que se vende, en cuanto a que las centrales están preparadas para resistir terremotos, y recordó que la “energía nuclear no es renovable, no es segura, no es limpia, y existe el peligro de los residuos radiactivos”.
Urge al cierre “porque hay grietas en el reactor” y porque en la actualidad opera “sin cumplir con las condiciones exigidas por el Consejo de Seguridad Nuclear” y devuelve agua al Ebro a “una temperatura muy por encima de los límites legales”.