Siria se sometió este viernes al Examen Periódico Universal (EPU), un ejercicio al que se someten todos los Estados miembros de la ONU desde 2006 para hacer un repaso cuatrienal sobre la situación de derechos humanos, que en este caso ha llegado en un momento crucial.
En el marco de un recrudecimiento de la violencia en el país, incluso con informaciones sobre enfrentamientos entre las fuerzas armadas y desertores en la frontera con Líbano, la expectación en Ginebra fue grande para escuchar la intervención del viceministro de Exteriores, Faisal Mekdad, que no hizo ni una sola concesión.
Su exposición ante el Consejo de Derechos Humanos se centró en denunciar "una conspiración internacional" tras las protestas que se suceden en el país desde marzo pasado contra el régimen de Bacher el Asad y en asegurar que las reformas democráticas están en marcha y que todos los sirios gozan de libertad de expresión y manifestación.
Mekdad aseguró que en estos seis meses "las fuerzas de seguridad han evitado disparar contra grupos para evitar la muerte de civiles inocentes" y calificó las manifestaciones como "ataques criminales contra la nación y el pueblo por parte de grupos terroristas".
Detrás de la agitación civil una estrategia deliberada del bloque occidental, liderado por EEUU, para armar a determinados "grupos de terroristas, que han asesinado a numerosos civiles indefensos".
Siria contó con el respaldo del llamado "grupo de países amigos" -Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Rusia-, que denuncian un "doble rasero" para juzgar a los países en el Consejo de Derechos Humanos y que temen que este órgano se esté convirtiendo en "una herramienta" occidental para marcar el rumbo de la agenda internacional y encauzar mejor sus intereses estratégicos.
En tono encendido, Mekdad dijo tener problemas para "mantener el necesario lenguaje diplomático propio de este foro" ante lo que consideró "mentiras y desinformación", y recordó que "meterse en los asuntos internos de otro país se llama injerencia, algo que es un delito que está contemplado en el derecho internacional".
Un día después de que la ONU elevara a 2.900 el número de fallecidos por la represión gubernamental de las manifestaciones opositoras desde marzo pasado, el viceministro sirio informó de que en los próximos días Damasco presentará "otra lista de mártires".
"Se trata de los 1.100 policías y miembros de las fuerzas de seguridad que han fallecido a manos de los terroristas, que reciben armas de países enemigos", denunció el representante sirio.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha celebrado este año dos sesiones especiales con Siria como tema central y aprobó el mes pasado el envío de una comisión independiente para investigar posibles crímenes contra la humanidad durante la represión de las protestas, denunciados por el Alto Comisionado de Derechos Humanos.
Damasco se comprometió a permitir el acceso de esa comisión, que desde hace dos semanas esperaba en Ginebra perfilar los detalles de su visita y la autorización oficial de Damasco para viajar.
"Siria debe cooperar con el Consejo de Derechos Humanos, admitir la comisión de investigación y poner fin a las represiones violentas", expuso el embajador español, Agustín Santos, que también pidió "establecer un mecanismo independiente y creíble que investigue los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad".
Pero Mekdad descartó cualquier posibilidad inmediata o cercana de colaboración con la comisión investigadora al termino de la sesión oficial del EPU, cuando fue interpelado por los periodistas.
El viceministro explicó que se autorizará la entrada en el país de la comisión únicamente "cuando termine el terrorismo", en referencia a las manifestaciones de la oposición antigubernamental.
Mekdad declaró que tiene previsto reunirse con los tres miembros de esta comisión, pero aclaró que su visita está sujeta a una investigación previa que está realizando su Gobierno.
"Primero tienen que terminar los trabajos de la comisión que ha establecido Siria para estudiar todos los casos de violaciones de derechos humanos de manera integral", señaló el representante sirio.
Estas declaraciones son un revés para la comisión, cuyos tres miembros comenzaron la semana pasada en Ginebra sus trabajos y expresaron en una conferencia de prensa su esperanza de poder reunirse con las autoridades de Damasco y viajar al país.
Está previsto que las conclusiones de la comisión se publiquen a finales del mes de noviembre y sean actualizadas en marzo de 2012.