Entre bambalinas, donde le gusta estar a los que llevan la cultura en general y el teatro en particular muy dentro, nos recibe José Lucas Chaves Maza, actual director de Proyectos y Actividades del ICAS.Mientras da órdenes a los técnicos de luces, actores y demás colaboradores, nos aclara que esta actividad nada tiene que ver con su cargo. “Llevo a cabo esta obra de una manera altruista y, por mi relación con el colegio, actualmente soy coordinador de la escuela y director de esta propuesta”, nos comenta ilusionado.
¿Ha necesitado mucha ayuda para llevar a buen puerto este proyecto?
–Evidentemente, tengo que agradecer el trabajo de un equipo humano que se ha volcado desde el primer día y que está compuesto por Guido Mateos y Julia Rodríguez Hidalgo (ayudantes de dirección), Antonio Romero Cano (escenógrafo), Rocío Esteban Leal (vestuario y maquillaje), Javier Valera Soria (regiduría), Pablo Márquez (atrezzo), Lourdes Martínez y Manu Prieto (sonido y luces) y a un grupo de más de cuarenta personas, entre alumnos y profesores, que han trabajado durante cuatro meses de manera incansable en una labor didáctica sin precedentes en esta Escuela de Teatro. Hay que tener en cuenta que es un proyecto que se autofinancia, aunque hemos contado con una colaboración especial de la empresa Grupo DMC.
¿Qué destacaría de la labor que hacen este tipo de instituciones por la cultura en Sevilla?
–Pues en general es una labor importantísima, ya que es el primer paso para muchos futuros profesionales. En el caso particular de la escuela de teatro San José, cabe destacar que tiene una trayectoria muy contrastada en la vida cultural de la historia de Sevilla, ya que son más de 30 años haciendo teatro y cultivando una cantera de actores muy relevantes en el panorama artístico nacional. Nombres como Paz Vega, Antonio Dechent, Manolo Caro y Víctor Carretero comenzaron su carrera artística en estas tablas que hoy dan paso a una nueva generación de actores con la misma ilusión con la que un día impregnó este colegio el Padre Isaac García.
Háblenos de la obra que estrena.
–Luces de Bohemia supone el inicio del esperpento, una literatura que refleja de manera distorsionada la realidad, desfigurando los principios académicos preestablecidos por el hombre. Este lenguaje creado por Valle-Inclán sitúa de manera intemporal el pensamiento de artistas y creadores. Si pensamos por un momento en el cuadro de Las Meninas de Velázquez vemos esta deformación de la realidad, donde las figuras más feas toman protagonismo dejando atrás a las figuras importantes. Creo que es una obra esencial de la literatura española, pero nada mejor que acercarse a disfrutarla para poder entenderla adecuadamente.