"Que el juez diga que 500 euros cubre los daños morales, me parece patético", señala esta mujer, que dice que no quiere mostrar su rostro
La mujer que sufrió la rotura de una prótesis mamaria de PIP y que tiene que ser indemnizada por un cirujano plástico y una clínica de estética de Madrid está satisfecha con la sentencia tras el "calvario" que ha pasado, y anima a todas las afectadas a denunciar si no solucionan sus problemas.
En declaraciones a Efe, Mari Mar, de 45 años, ha mostrado su "alegría" por esta resolución que le da la razón, pero ha mostrado su disconformidad con la indemnización, casi 7.500 euros, que ha considerado "muy baja para todos los gastos y daños morales" que le ha supuesto la rotura de una de sus prótesis mamaria de PIP, que le fueron implantadas sin la suficiente información.
"Que el juez diga que 500 euros cubre los daños morales, me parece patético", señala esta mujer, que dice que no quiere mostrar su rostro ante los medios de comunicación "por privacidad".
"Pero bueno, gracias a Dios la hemos ganado, por lo menos nos han dado la razón porque he pasado un calvario. Fueron dos operaciones, luego la tercera; fue una operación urgente y yo no me quería operar por los mismos cirujanos y además no todos los cirujanos se querían hacer cargo de arreglar este problema", comenta Mari Mar.
Y sigue dando gracias a lo divino porque conoció al cirujano que ha conseguido solucionarle el problema: "Antonio Porcuna", repite en varias ocasiones, porque, dice, "es el mejor".
Mari mar asegura que se vio "sola con este problema", que ha conseguido solventar en los tribunales y por ello se ha sumado a la lucha que mantienen otras afectadas.
"Cuando me he enterado de que hoy en día son 15.000 mujeres en España con este problema, más las que hay fuera del país, es que me pongo en el lugar de todas ellas. Yo lo viví sola, yo doy gracias a Dios por tenerlo solucionado", insiste.
Por eso las anima a que denuncien si es preciso: "Que si las clínicas se hacen responsable del tema -comenta- pues vale, pero si no, pues que los demanden, que les hagan un cambio de prótesis por una prótesis como Dios manda y las dejen bien porque la salud no tiene precio y si no se hacen cargo de esta situación que los lleven a los Juzgados".
"Se quieren lavar las manos y no puede ser así, tanto por parte de los fabricantes como de los médicos que las han implantado, porque implantaron prótesis de menor calidad para ganar dinero y sacar las mayores ganancias", denuncia.
El abogado de Mari mar, Antonio Navarro, también ha mostrado a Efe su satisfacción por la sentencia porque su defendida "lo ha pasado muy mal y porque además "es la primera sentencia en la que dan la razón a una señora por el tema del consentimiento informado".
Se trata de una resolución, que en su opinión, "abre un camino para la reclamación" cuando el médico y la clínica que las han utilizado no han dado la suficiente información sobre las prótesis y sus riesgos.