Schettino, al que se acusa de homicidio y de abandonar el barco antes de la evacuación de los 4.200 pasajeros y tripulantes, ha reconocido ante los fiscales que navegó demasiado cerca de la costa de la isla situada frente a la costa de la Toscana. El capitán fue liberado de prisión y puesto bajo arresto domiciliario el 17 de enero.
Al confirmar su arresto domiciliario, el tribunal de Florencia rechazó los recursos presentados tanto por la fiscalía, que pedía que volviera a ingresar en prisión, como del abogado de la defensa, que había solicitado que se le pusiera en libertad.
La semana pasada, las autoridades habían anunciado el fin de la búsqueda en la parte sumergida del barco de los quince desaparecidos, después de que desde el naufragio se consiguieran recuperar 17 cuerpos.
El casco del crucero sigue yaciendo volcado frente a la costa de Giglio y los equipos de salvamento están bombeando las 2.300 toneladas de combustible que había en su interior para evitar una catástrofe medioambiental. Este martes, el director de la Protección Civil italiana ha informado hoy de que el barco no será retirado en al menos siete o diez meses.