El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha acometido este sábado una drástica remodelación de su Gabinete que supone la salida de quienes formaban gran parte de su núcleo duro, con Carmen Calvo e Iván Redondo a la cabeza, y con la intención de formar el que ha denominado el "Gobierno de la recuperación".
Desde hacía semanas se barajaba la posibilidad de que Sánchez hiciera una crisis ministerial y Moncloa tuvo que salir al paso de las informaciones al respecto asegurando que el presidente del Gobierno estaba centrado en la superación de la pandemia y la recuperación económica.
Esa fue la misma respuesta que ha ido dando Sánchez todas las veces que los periodistas le han preguntado por este asunto, la última el pasado jueves en una rueda de prensa en Lituania, subrayando que no era una cuestión prioritaria.
Este sábado sí la ha situado entre sus prioridades y ha realizado una profunda crisis que sólo ha afectado a la parte socialista del Gobierno, ya que la víspera pactó con la vicepresidenta y líder de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, que no tocaría las cinco carteras correspondientes a su formación.
Sánchez ha prescindido de 7 de los 17 ministros de la cuota del PSOE, con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, en primer término, y a la que se han sumado José Luis Ábalos, Arancha González Laya, Juan Carlos Campo, Isabel Celáa, José Manuel Rodríguez Uribes y Pedro Duque.
Con la salida de Calvo o Ábalos, el jefe del Ejecutivo ha dejado de contar con piezas esenciales del engranaje gubernamental desde su llegada a Moncloa, y a ellas se ha añadido otra significativa decisión como la de relevar a Iván Redondo como jefe de Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
Redondo ha sido el muñidor de gran parte de las estrategias del Ejecutivo y es llamativa una salida que fuentes del Gobierno aseguran que estaba pactada y ante la que él ha escrito que en política, como en la vida, a veces "hay que saber parar".
Las incorporaciones al Gobierno han sido justificadas por Sánchez, en una declaración institucional en Moncloa, por la necesidad de dar un impulso a la acción gubernamental en la etapa de la recuperación con personas más jóvenes, con un mayor peso femenino y con la cercanía que supone la experiencia en responsabilidades municipales.
Isabel Rodríguez, hasta ahora alcaldesa de Puertollano, será la nueva portavoz del Gobierno y asumirá la cartera de Política Territorial, de la que sale Miquel Iceta para encargarse de Cultura y Deportes.
Pilar Llop deja la Presidencia del Senado para ser la nueva ministra de Justicia; José Manuel Albares (actual embajador en Francia) relevará a González Laya en Asuntos Exteriores; la alcaldesa de Gavá (Barcelona), Raquel Sánchez, asumirá Transportes; la delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, se ocupará de Educación y Formación Profesional, y la alcaldesa de Gandía (Valencia), Diana Morant, llega a la cartera de Ciencia.
Junto a ellos, Félix Bolaños, el actual secretario general de la Presidencia y hombre de máxima confianza de Sánchez, será el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.
Un nombramiento que, junto a la salida de Iván Redondo, evidencia un mayor peso del aparato de Ferraz en el Gobierno al ser Bolaños, según se asegura en el PSOE, "un hombre de partido".
A ello se une que Redondo será sustituido al frente del Gabinete de Sánchez por el ex secretario de Organización del PSOE y actual presidente de Paradores, Óscar López.
Esta designación tiene también una lectura especial después de que López, que estaba en la dirección socialista en la primera etapa de Sánchez, dirigiera la campaña de Patxi López en el proceso de primarias que enfrentó a ambos y a Susana Díaz.
Otro cambio en la estructura del Gobierno es la reducción de cuatro a tres de las vicepresidencias, ya que, con la salida de Calvo, Nadia Calviño asume la primera, Yolanda Díaz pasa a ser vicepresidenta segunda y Teresa Ribera, vicepresidenta tercera.
El ascenso de Calviño refleja asimismo la trascendencia que Sánchez otorga a la cartera de Asuntos Económicos que ella sigue ostentando, en un momento en el que quiere que su Gobierno se vuelque en la recuperación.
Pero además de la recuperación del país, fuentes socialistas asumen que, con los cambios, Sánchez intenta también la recuperación de su propio Gobierno tras el desgaste sufrido con decisiones como la concesión de los indultos a los líderes independentistas del procés.
Una remodelación para hacer frente a los datos de algunas encuestas que, por vez primera en mucho tiempo, sitúan al PP en primer lugar de las preferencias de los votantes.
Los nuevos ministros prometerán sus cargos ante el rey el próximo lunes, ese mismo día tomarán posesión y el martes participarán en su primera reunión en Moncloa.