Monseñor Santiago Gómez, junto al párroco y al vicario parroquial de Almonte, no ha querido perderse este momento histórico
Miles han sido las personas que han querido acompañar este fin de semana a la Virgen del Rocío es uno de los traslados más especiales de regreso a su aldea. Lo hacía tras permanecer 33 meses en Almonte, un tiempo alargado en exceso por la pandemia, de ahí las ganas de vivir este momento histórico.
Y entre esas miles de personas, como un peregrino más, estaba el obispo de Huelva, monseñor Santiago Gómez, que ha querido también se testigo de la despedida de un pueblo a su patrona y del regreso a una aldea que en apenas unos días vivirá la romería del reencuentro.
Santiago Gómez, como un peregrino más y, junto al párroco y el vicario parroquial de Almonte, Francisco Miguel Valencia y José Antonio Castilla, respectivamente, ha acompañado a la Virgen en su traslado a El Rocío, enclave al que la Madre de los almonteños llegó a las 19.37 horas y donde, una vez en el templete, sería despojada del guardapolvo.