Las aulas de la red hospitalaria pública onubense posibilitaron a un total de 1.549 niños ingresados continuar su formación durante el tiempo que permanecieron en el hospital a lo largo del pasado curso 2011-12, evitando así la desconexión temporal de los menores con sus clases en Educación Infantil, Primaria o Secundaria.
El delegado del Gobierno de la Junta en Huelva, José Fiscal, ha visitado hoy, con motivo del reciente inicio del nuevo curso escolar, el dispositivo de este tipo con que cuenta el Hospital Juan Ramón Jiménez. En el acto también han estado presentes los delegados territoriales de Educación y de Salud y Bienestar Social, Vicente Zarza y Lourdes Martín, respectivamente, cuyas consejerías colaboran para la prestación de este servicio y la existencia de personal docente en el ámbito hospitalario.
Además de la del Juan Ramón Jiménez, la sanidad pública onubense dispone de dos aulas más en los hospitales Infanta Elena y de Riotinto, así como una cuarta con sede en la unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Vázquez Díaz. enfocada a los pacientes que acuden diariamente a este servicio.
El objetivo de las aulas hospitalarias es que los menores, sobre todo aquellos que deben pasar periodos prolongados en el hospital o ser interna-dos frecuentemente, prosigan con sus estudios, de manera que una vez sean dados de alta puedan seguir las clases en sus colegios sin ningún problema. Para ello se establece una estrecha coordinación entre los profesores hospitalarios y los del centro escolar del niño, con la finalidad de que las clases durante el ingreso se ajusten al ritmo de las de sus compañeros.
La atención educativa de los menores ingresados es una de las medidas del Decreto de Atención Integral al Niño Hospitalizado, que establece el derecho de éstos a recibir una asistencia adaptada a sus características y necesidades. Esta línea de actuación impulsa que los hospitales pongan disposición de los jóvenes salas lúdico-pedagógicas y ciber-aulas, a fin de hacer lo más agradable posible su estancia.
En este sentido, otra de las premisas del programa es reducir el impacto emocional que para los niños supone ingresar en las instalaciones sanitarias y aislarse de su vida y entorno habituales. De hecho, desdramatizar su estancia en el centro resulta, en opinión de los profesionales, clave para avanzar en su recuperación.
Trabajo adaptado
El trabajo en el aula se encuentra adaptado a la dinámica de funciona-miento del hospital y a las necesidades del niño ingresado atendiendo a su propio proceso de recuperación. Además, puede desarrollarse tanto en el aula como en la propia habitación del menor, si así lo aconseja su estado de salud.
Entre las actividades que se llevan a cabo están tanto las de carácter lúdico y motivador, que ayudan al niño a establecer una mayor confianza con el docente y a interesarse por algo más que su proceso de enfermedad, como las de desarrollo curricular propiamente dicho y las complementarias, funda-mentalmente en lo que se refiere a educación para la salud o de fomento de lectura, así como otro apartado de orientación académica y profesional destinado ya al alumnado que cursa Educación Secundaria. El personal docente mantiene además una colaboración permanente con los servicios sanitarios del hospital y con sus familias para conocer mejor las posibilidades de cada alumno y programar de este modo el trabajo más efectivo para el menor.
La puesta en marcha de estas aulas se enmarca igualmente en el Pro-grama de Atención Integral al Niño Hospitalizado, en vigor ya desde hace 25 años, que ha supuesto un cambio en la organización, adecuación de las estructuras y dinámica asistencial de las áreas infantiles de los hospitales. Gracias a ello, los niños disfrutan de espacios propios educativos y lúdicos dentro de las plantas de hospitalización infantil y pueden tener acompaña-miento familiar durante las 24 horas.
Atención domiciliaria
Por otro lado, la Junta de Andalucía también dispone de un programa para la atención educativa de menores que por su estado de salud deben permanecer largos periodos de convalecencia en sus domicilios, como mínimo de un mes de duración. En el pasado curso, un total de 30 alumnos onubenses de Primaria y Secundaria se beneficiaron de este servicio domiciliario, que se desarrolla por medio de profesorado adscrito a la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte. De ellos, 23 no pudieron acudir a sus centros de enseñanza entre 1 y 6 meses y 7 durante 7 meses.