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El juicio de la niña que murió por presunta negligencia médica será en junio

La madre descarta la huelga de hambre anunciada tras lograr una nueva fecha tras el aplazamiento de la vista oral

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El juicio de Ch.L.M., la niña de ocho años de edad que ingresó en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva el 24 de diciembre de 2005 aquejada de una apendicitis y que falleció tres días después a causa de una mortal infección, ha obtenido una nueva fecha tras el aplazamiento. La vista oral se celebrará el 13 y 14 de junio en el Juzgado de lo Penal número 1 de Huelva.

   Por ello, ante esta nueva fecha, su madre, Elena Masera, ha descartado la huelga de hambre que tenía previsto iniciar este martes 22 de enero, fecha que coincidía con el inicio de este juicio contra tres médicos imputados tras la muerte de la niña por presunta negligencia médica y que fue finalmente aplazado tras el cambio del juez en el citado juzgado.

   En declaraciones a Europa Press, Masera se ha mostrado satisfecha tras presentarse este lunes en la Audiencia y "conseguir por escrito con el sello del juzgado un compromiso de fecha", aunque asegura que es "inevitable" pensar que podría producirse un nuevo retraso, situación que no quiere contemplar "tras siete años de lucha".

   Cabe recordar que Masera comenzó el pasado 24 de diciembre de 2011, coincidiendo con el sexto aniversario de la niña, una huelga de hambre acampada en la puerta de la Audiencia Provincial de Huelva para reclamar una fecha a este juicio al entender que "habían pasado muchos años sin saber nada del caso", una huelga que abandonó ese mismo día tras recibir la visita del juez decano de Huelva, José Manuel Borrero, y se comprometiera a "hacer lo posible" por "agilizar" dicho procedimiento, que, a su juicio, acumulaba un "retraso excesivo", una fecha que se había fijado para este martes 22 de enero.

   El Juzgado de lo Penal número 1 de Huelva aplazó el juicio contra los tres médicos imputados tras la muerte por presunta negligencia médica de Ch.L.M., según informaron a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

   Por estos hechos, la Fiscalía le imputa a estos tres profesionales sanitarios --en un principio eran cuatro pero uno de ellos ya ha fallecido-- un delito de homicidio por imprudencia profesional, por el que pide cuatro años de prisión para cada uno, la inhabilitación especial para ejercer su profesión durante seis años y una indemnización de 200.000 euros para los padres de la menor fallecida, con responsabilidad civil de la compañía aseguradora y del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

   Por su parte, la acusación particular, que ejerce la Asociación Nacional de Negligencias Médicas, pide para los imputados un total de cuatro años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia profesional, así como al pago de una indemnización de 200.000 euros a los padres de la pequeña por los perjuicios irrogados, debiendo declararse la Responsabilidad Civil Subsidiaria del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y su entidad aseguradora con carácter solidario.

   A su vez, pide la inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión por un periodo de seis años y las costas del juicio, incluidas en estas las de la acusación particular.

LOS HECHOS

   Cuando sucedieron los hechos, en diciembre de 2005, la familia de la niña presentó una denuncia en los juzgados con el fin de que se investigara esta presunta negligencia en la muerte de la menor, que ingresó el 24 de diciembre aquejada de una apendicitis y falleció tres días después a causa de una mortal infección.

   En esas fechas, en declaraciones a Europa Press, Masera lamentó que, a pesar de que su hija "se quejaba de fuertes dolores en la tripa y tenía fiebres muy altas tras una operación de apendicitis que los médicos calificaron de normal, los facultativos no hicieron nada por determinar el origen de estos síntomas, que desembocaron en su muerte".

   La madre de la pequeña comentó que, a pesar de su intranquilidad y de su llamada a los médicos, "éstos insistían en que se trataba de un cuadro médico normal de un postoperatorio, que se había visto agravado por una gastroenteritis, sin que le hicieran ningún tipo de pruebas, a pesar de que se pasaban a ver a la niña a la habitación".

   Esta situación se fue agravando, según apuntó Masera, hasta el día 27 por la mañana, cuando "después de dos noches sin dormir por los fuertes dolores y a pesar de los calmantes que le habían puesto, la pequeña amaneció morada y muy débil, por lo que fue trasladada de urgencia a la UCI, donde murió horas más tarde sin que los médicos pudieran hacer nada por reanimarla de una parada cardiaca originada por la infección".

   La madre de la menor apuntó que los médicos le dijeron que la afección de la pequeña había derivado en una peritonitis que había infectado a la niña, de forma que "la inflamación que presentaba en la tripa se debía al pus de la infección".

   En este sentido, Elena Masera justificó la denuncia presentada argumentando que "una simple radiografía para determinar el origen de la fiebre y las dolencias habría salvado la vida de mi hija" y añadió que, "si los médicos consideraron que esta reacción podría darse, no entiendo cómo no se controló el proceso de recuperación de mi hija, máxime cuando presentaba unos síntomas que se iban agravando y de los que tuvieron constancia en todo momento".

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