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La Saca de las Yeguas, un despertar de sentidos desde el corazón de Doñana

Es precisamente el paso ante la ermita de la Virgen del Rocío uno de los momentos que despiertan más espectación y que congrega, por tanto, a más público, y que este año se ha realizado entre las 10.00 y las 11.30 horas

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  • Saca de Yeguas -

Cada 26 de junio, Doñana y su entorno es testigo de un despertar de los sentidos con la denominada Saca de las Yeguas, una tradición ancestral en la que más de un millar de equinos que viven en estado semisalvaje en las marismas retornan a la civilización de la mano de los yegüerizos.

Los ganaderos de Doñana, articulados en torno a la Asociación de Criadores de Ganado Marismeño, llevan 510 años desarrollando esta actividad, que quedó regularizada en 1504 con una ordenanza del Duque de Medina Sidonia.

En ella se citaba la figura del "yegüerizo" del concejo y se establecía que el ganado se sacase de los prados acotados al efecto por la festividad de San Juan, el 24 de junio, legalizando de esta forma una práctica ancestral de los habitantes de la zona.


Desde entonces todos los 25 de junio por la tarde los yegüerizos se adentran en las marismas de Doñana, donde el ganado ha estado pastando todo el invierno en estado semisalvaje, para reunir a los equinos en la playa de Doñana y conformar los distintos grupos o tropas, hasta una decena.

Esta mañana, con las primeras claras del día, desde ese punto las distintas reuniones han ido cubriendo la parte del recorrido que discurre por el interior del Espacio Natural de Doñana para poco a poco ir acercándose a la aldea de El Rocío.

Es precisamente el paso ante la ermita de la Virgen del Rocío uno de los momentos que despiertan más espectación y que congrega, por tanto, a más público, y que este año se ha realizado entre las 10.00 y las 11.30 horas.

Pero la espectacularidad de esta tradición "única", tal y como la describe, en declaraciones a Efe, el presidente de la Asociación de Criadores de Ganado Marismeño, se puede apreciar en todo el recorrido.

Los que presencian este espectáculo, en cualquiera de sus puntos, asisten a un despertar de los sentidos viendo cientos de animales galopando ante ellos, percibiendo el olor tan característico de estos y oyendo no solo el relinchar y el golpeo de los cascos de las yeguas, sino, además, el de las voces de los ganaderos que se afanan por mantenerlas unidas y guiarlas hasta su destino.

Este año, ha indicado Maraver, han sido en torno a 1.300 equinos los que han salido de la marisma, alrededor de un 12 % más que en 2013, un crecimiento motivado porque ha sido un año en el que casi todas las yeguas han parido.

Esto ha permitido que hayan sido muchas las yeguas que estén realizando el recorrido seguidas de sus potros y que a mediodía ya ponían rumbo a al paraje de la Pasa del Chivo para sestear en las horas centrales del día, coincidiendo con las temperaturas más altas.

Tras este descanso, los yegüerizos continuarán arreando a las reses durante varias horas hasta que alcancen, ya bien entrada la tarde, el municipio de Almonte, donde las yeguas son esperadas por multitud de personas, y descansarán en el recinto ganadero.

Será ahí donde a partir de mañana se celebrará la Feria Ganadera, en la que se llevarán a cabo las labores tradicionales como la medición de las yeguas; y las tareas de tusa, que consiste en cortarles las crines y la cola; desparasitar a los animales y marcar a los nuevos potros, que son los que se ponen a la venta.

Según Maraver, "las perspectivas de venta no son buenas, desde hace años la mayoría de las reses vuelven a Doñana" por lo que la Saca de las Yeguas "se mantiene más por afición que por rentabilidad económica".

Sea como fuera, lo cierto es, que estos ganaderos siguen manteniendo, pese a los cambios generacionales que supone el paso de más de 500 años, una tradición singular y espectacular en el que la naturaleza se adentra en la civilización.

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