Denuncia “trato vejatorio” al hacerse unas radiografías

Publicado: 17/05/2016
Una usuaria presenta una reclamación en el Hospital Juan Ramón Jiménez por la actitud de una técnica de Rayos
Terminar un domingo con un collarín y una reclamación presentada tras sufrir un accidente de tráfico y “tratos vejatorios” mientras te realizan unas pruebas médicas no es el mejor de los planes para finalizar la semana. Pues ese es el relato en primera persona de G. M., una onubense de 42 años que acudió el pasado domingo a Urgencias del Juan Ramón Jiménez y salió de allí horas después con una lesión cervical diagnosticada y una reclamación presentada.

Según relata a Viva Huelva, en la tarde del domingo sufrió un accidente por alcance en un semáforo a la salida de El Portil, por lo que decidió acudir a Urgencias al tener molestias cervicales.
Allí fue atendida por una médico de Traumatología, que le encargó tres radiografías. La mujer se dirigió a la sala de Rayos, y es ahí donde, según su relato, vivió una situación que espera que “no le vuelva a ocurrir a ningún otro paciente”.

Así, en su reclamación, a la que ha accedido este periódico, “la técnico me indica que me acerque a la máquina, y le digo que las radiografías que me han solicitado son cervical, columna y lateral, y que la ropa interior que traigo es de aros metálicos y los botones de mi camisa son metálicos también, que si me facilita un habitáculo y un pijama para cambiarme, por favor”.

Ante esto, “me contesta de una manera violenta y agresiva, elevando su tono de voz, que quién soy yo para tomar esa decisión”. Su respuesta fue que “aparte de leer en los careles informativos de hospital que no se deben hacer radiografías con objetos metálicos, soy estudiante de Prevención de Riesgos Laborales y aparece en todas las normativas”.

G. M. es una paciente con diferentes patologías, y como consecuencia tiene varias placas metálicas en el cuerpo, un motivo más por el que insistió en poder cambiarse para las radiografías.
A pesar de ello, la primera placa se la realizó con ropa. Después, siempre según su relato, “me dice que me desnude, le digo que dónde y me contesta que allí; yo le digo que no voy a desnudarme allí mismo y me empieza a desabrochar ella la camisa, y gritándome me dice que quién me debería haber desnudado es la enfermera de Urgencias”.

Ante esto, la paciente le pide que “no me siga gritando, que hable con tranquilidad y que, por favor, me facilite un habitáculo y un pijama”. No es hasta que entra un celador en la sala cuando la técnico “abre una puerta -estaba cerrada con llave- y me dice a gritos que me meta ahí; desaparece y al minuto me arroja una bata a una silla”.

Mientras tanto, otros usuarios y su hija de 12 años esperaban fuera. “Cuando salí estaban asustados y me preguntaban que qué me había pasado”.

M.G. espera que desde el centro hospitalario “se tomen medidas para que esto no vuelva a ocurrir”.  Así, apunta que es consciente de que el personal sanitario “tiene mucho estrés y una sola persona hace el trabajo de cinco, pero que no lo paguen con el usuario”.

Hospital
Desde el hospital indican que, manteniendo un “respeto absoluto” por las declaraciones de la paciente, “las salas de Radiodiagnóstico del Complejo Hospitalario cuentan con un espacio apropiado en el que proceder al cambio de ropa con total intimidad, si bien hay que aclarar que son los técnicos de Radiodiagnóstico los encargados de determinar las condiciones técnicas en las que se realiza la prueba y si es necesario cambiar alguna prenda”.

Además, tras lamentar las “posibles molestias que hayan podido producirse”, hacen hincapié en que “son los profesionales los que disponen de los conocimientos técnicos y la competencia probada para realizar su trabajo, por lo que volvemos a solicitar la colaboración de todos los ciudadanos en el acatamiento de las normas y las directrices marcadas por los profesionales, que son los expertos en la atención sanitaria”.

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