Una final con muchas sorpresas

Publicado: 04/02/2018
El Carnaval Colombino ha bajado el telón de un concurso de perfil bajo y y que ha sido uno de los más confusos para los carnavaleros en cuanto a resultados
El pasado sábado se celebró la final del concurso de agrupaciones del Carnaval Colombino, una batalla de músicas y coplas que se cerró a las 6.30 horas de la madrugada. Trece agrupaciones entre comparsas, murgas o chirigotas, coros y cuartetos mostraron sus mejores galas para seducir a un jurado un tanto controvertido, como cada año, que cambió todas las quinielas de todas las fases, y la de esta gran final no iba a ser menos. Con un ambiente enrarecido y los nervios a flor de piel, las distintas agrupaciones desplegaron sus letras en tres bloques diferenciados con un descanso de 20 minutos que resultó casi eterno; más de nueve horas de concurso llegan a cansar al más adepto de estas fiestas. Pero aquí estuvimos Viva Huelva aguantando estoicamente para vivir el fallo del jurado de una fiesta que va dando tumbos y que aún sigue sin encontrar el camino correcto para solventar las dificultades que siguen surgiendo.

Con un Gran Teatro sin butacas libres, la jornada se presentó algo confusa; muchos de los grupos que se esperaban en esta final habían caído en la segunda fase de semifinales, creando cierto desconcierto, que condicionó casi toda la noche. Agrupaciones como la comparsa de Cristóbal Giraldo, uno de los ‘cajonazos’ de este año, volvió a quedarse fuera, siendo de las agrupaciones esperadas y con calidad para volver a subirse a las tablas, así como ‘Los ayudantes’, que mantuvieron un ritmo meritorio para estar entre las grandes de este nuevo certamen, en el que se echó de menos también a ‘Los batallitas’. En la modalidad de murgas o chirigotas fue mayor la escabechina, creando un desconcierto más generalizado. La chirigota ‘Échame cuenta y te saldrán las cuentas’ de Punta Umbría no logró el deseado pase que todo carnavalero esperaba, siendo una de las favoritas con opciones a premio, otro ‘leñazo’ que se vio reflejado en la calidad que pudimos vivir la pasada noche. ‘Pepe Luí er triste’, la chirigota del Molino, fue también vetada, quedando fuera del concurso. Por comparación y para ser justos, me sigo quedando con ‘La cosa es quejarse’ o ‘Juan de la Jungla’, pero la decisión la tuvieron otros jurados y no nuestro ‘Para-lelos’, siempre por suerte. En definitiva, este año ha sido de los más confusos para los carnavaleros en cuanto a resultados se refiere, y a pesar de que nunca llueve a gusto de todos, este año ha llovido menos y el ambiente actual es de desmoralización. Pero algo que se debe aclarar es que esto es un concurso de coplas, con un jurado que deciden las propias agrupaciones de la capital, con sus impugnaciones, que este año han traído cola, incluso se ha cantado sobre ello durante las distintas fases, y que en este caso concreto, no son los miembros de la Fopac los directos responsables, pues todos los participantes en este certamen han permitido y decidido sobre la situación actual.

 

El veredicto

En esta gran final del concurso nada ha sorprendido sobre el escenario, se ha cantado lo que se esperaba sobre lo que se preveía. El primer premio en la modalidad de comparsa se lo lleva ‘Pueblo llano’, algo esperado y ‘cantado’ desde el primer pase, aunque para muchos carnavaleros se lo habían complicado algunos grupos, nada que ver con los resultados finales. Ayamonte obtiene el segundo lugar con ‘El que manda soy yo’ y la tercera posición para la comparsa ‘La canción perdida’, un lugar meritorio para un grupo que ha mostrado muy buenas cualidades en este concurso. ‘Son del Sur’, la comparsa de Isla Cristina, se queda en el cuarto lugar.  Destacar agrupaciones como la comparsa de Punta Umbría, que dio un gran recital levantando al público en su segundo pasodoble y gustando mucho en los cuplés, que arrancó las risas y aplausos, culminando con un excelente popurrí, dándonos una visión confusa de esa lucha por ese primer puesto; nada parecido con la realidad, obteniendo el quinto lugar en esta final, algo que nadie ha comprendido y que ha sido uno de los errores mayores vividos en la última década. Está claro que los carnavaleros no tenemos los criterios claros a la hora de visualizar un concurso, a pesar de que las pautas a seguir son bien conocidas.

En la modalidad de chirigotas no cabe sorpresas con el primer puesto, que se va directamente para la chirigota ‘La última cena’, culminando una etapa más de este grupo que como tal, no volverán a subirse juntos a las tablas, según nos cuentan sus integrantes. El segundo puesto se marcha para Bollullos con ‘O un poquito más parriba...’, que hacen un buen pase, siendo una de las gratas sorpresas de este año. ‘Don benito documento...’, chirigota de Huelva, logra su tercer lugar en el concurso, muy merecido en este día de la gran final. Grupo que ha ido evolucionando y ganándose el respeto tanto del público como del jurado. ‘Los enmallaos’ logran el cuarto puesto en un simpático repertorio en el que volvieron a llamar la atención del alcalde, que volvió a implicarse en una de las actividades que estos chirigoteros plantearon. Buen pase para los chicos de Punta Umbría, que sin que nadie lo esperara han sabido estar a la altura. Cierra la clasificación en esta modalidad la chirigota ‘Hasta que la muerte nos separe’, también de Bollullos, siendo toda una sorpresa que dos agrupaciones de esta modalidad entrara en una final tan reñida y, no tanto por la calidad que se merece este concurso.

En la modalidad de coros la cosa estaba más clara, el primero se lo lleva Isla Cristina con ‘Canarihna’ y el segundo puesto fue para ‘La centuria’ de Sevilla. La sorpresa llegó con el primer premio en la modalidad de cuarteto, que fue para el único que se había presentado al concurso, ‘Otro año más a la sombra’, de Lepe.

El resultado final fue de los más conflictivos de los últimos años, inconformidades al respetable jurado en forma de abucheos, que no dejaban concluir con el fallo. Ambiente muy cargado y tenso ante el desconcierto, hecho que se debe controlar más por parte de la organización. Está claro que los nervios y tensiones ante estas situaciones son naturales, pero hay límites evidentes que se deben tener en cuenta y que pasan por algo. Este año lo hemos vivido constantemente, desde los gritos inadecuados y en tiempo no aceptable hasta las interrupciones constantes del público asistente. El concurso carnavalero onubense se merece mucho más de lo vivido. Hasta el año que viene.

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